El inicio de una nueva etapa en sus vidas, comenzaba desde ese día.
Steve, habiéndose graduado con honores, recibió una solicitud para que trabajara en el museo de Brooklyn. No sólo se encargaría de restaurar y ayudar con el cuidado de las pinturas, sino que, si él lo quería, en un futuro, sus propias obras estarían colgadas alrededor de aquellas importantes paredes.
El anuncio de aquello, junto con la titulación del rubio, fue motivo de celebración. La fiesta había sido espectacular, Tony se encargaba de presumir el enorme talento que su pareja tenía, mientras Steve sólo sonreía apenado por la efusividad del moreno.
Descubrió que con un beso, Tony se quedaba tranquilo por un tiempo.
El problema fue que, Tony también había descubierto que podía obtener besos más largos si hablaba sin parar. Aquello desembocó en que ambos huyeran para la habitación del castaño, perdiéndose entre la piel del otro, subiendo la temperatura del cuarto, mientras sus invitados todavía seguían abajo.
Peter, quien estaba bajo el cuidado de Jarvis, mantenía entretenidos a los presentes con sus excelentes dotes para la pintura, demostrando que él también sabía mucho sobre el tema, gracias a su Steve.
Porque sí, Peter al convivir más con el rubio, comenzó a decirle a su padre que el ojiazul, era suyo, le pertenecía. La primera vez, ante tal confesión, tanto Tony como Steve se habían quedado impactados, rompiendo a reír a carcajadas segundos después.
En el caso de Tony, nuevos proyectos lo llevaron a mantenerse encerrado en su taller, lugar inexplorado por su hijo y casi satánico para su novio.
Siempre que se quedaba más de lo normal, Steve daba su clave de acceso y lo cargaba como saco de papas hasta la recámara. Si ése método no funcionaba, y el castaño se escapaba de nuevo, volvía por el, y no lo dejaba salir de la cama a punta de besos y caricias; hasta que el ingeniero no pudiera emitir su último suspiro , él sabía que su trabajo no estaba bien hecho.
Por la mañana siguiente, el moreno, habiendo dormido y descansado lo suficiente, bajaba cuidadosamente las escaleras, volviendo a su trabajo.
El empleo de Steve le permitió deleitarse con muchas más maravillas de las que había apreciado con anterioridad. Aunque ninguna pintura, podía compararse con ver a sus dos personas favoritas. Despertar al lado de Tony era vivir en el cielo, en la tierra. Acariciaba sus suaves rizos antes de besarlo para que pudiera ver sus hermosos ojos.
Los mismo le pasaba con Peter. Habían noches en las que no se separaba de él, velaba sus sueños y tarareaba canciones para él. Y al igual que le pasaba con su padre, le fascinaba ver sus ojitos dulces mirarlo adormilado.
Para él, esos eran los mejores cuadros que quería ver por siempre. Esas eran sus maravillas del mundo, de su mundo.
Aunque lo que Tony y Steve disfrutaban más que nada, era llegar a su casa, gritar el típico y cursi "Ya llegué" para después escuchar la dulce respuesta, acompañado de un grito de felicidad por el menor.
Ambos morían de amor al ver al otro, ya fuese jugando o durmiendo con el pequeño.
Ése era su hogar. Ellos lo eran.
![](https://img.wattpad.com/cover/168813257-288-k347093.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El sexy niñero
ContoTony Stark a parte de ser genio, millonario, filantrópo, playboy y dueño de las Ias industrias Stark; es padre. Peter Benjamín Stark, es la luz, las estrellas, el sol y el universo entero para su papá; con tan solo 5 meses logra derretirlo con una p...