Día 19 - Viernes 03/04

332 59 12
                                    

XII

Como siempre, la respuesta de Thiago solo fue esbozar una sonrisa. Luego de eso, se fue a su casa y todo siguió como si nada hubiera pasado.

Fracasé otra vez.

Ya me estoy comenzando a cansar de ser el juguete de Thiago. Cuando se aburre, me llama y cuando no tiene ganas de hablar, ni siquiera me contesta. 

Hoy le he estado contestando de forma cortante. Preferiría simplemente no responderle, pero eso sería comportarme como lo hace él. Y yo no pienso ser así.

Lo bueno es que me eligieron como tributo y me mandaron a hacer las compras. Así no voy a tener la tentación de estar revisando nuestro chat a cada rato. Como hoy no pueden salir las mujeres, me toca ir solo. 

No sé que concepto tiene de mí mi madre que hasta me hizo un mapa para saber dónde está cada cosa.

Para entrar al supermercado, nos hicieron formar una fila dejando un metro de distancia entre nosotros. Ver a todos usando mascarillas, guantes y separándose de las personas me hace sentir que estoy dentro de una película. 

Antes soñaba con vivir dentro de un musical, como los de Disney o en alguna de la saga de Harry Potter. Ahora, en cambio, parece que estoy viviendo dentro de Guerra Mundial Z o Estación Zombie. 

Como no traje mi celular, para no aburrirme, observo a las personas que están detrás mío que también esperan su turno de entrar.

Por un momento me pareció ver a Thiago al final de la cola, pero ya comprobé que no era él.

Cuando por fin entro, me doy cuenta que no solo no traje el mapa que me hizo mi mamá, sino que tampoco la lista de cosas que debía comprar. Como no tengo mi celular, no puedo llamarla. 

Bueno, tendré que caminar entre todos los pasillos rezando para no olvidarme de nada.

Cuando estaba pasando del área de arroces hacia la de fideos, vi al final del pasillo irse a alguien que se parecía a Thiago. ¿Qué tan mala suerte puedo tener como para encontrármelo acá? 

Aunque igual ni siquiera me lo imagino viniendo a hacer las compras de la semana él solo.

Ahora estoy en la zona de carnes y no tengo ni idea que comprar. Solo me acuerdo que necesitaba pollo, pero no presté tanta atención como para acordarme en que formato lo quería.

- Toma - dice una voz mientras me entrega una nota.

La recibo y veo que es la lista que me había escrito mi mama.

Volteo y veo que a mi costado está Thiago. Tiene una sonrisa triunfante, como si hubiera hecho el mayor acto de solidaridad del mundo.

- Gracias - le digo y camino hacia otro pasillo.

- Vine hasta acá para entregarte la lista y simplemente me vas a dar la espalda - me dice. Ya no se le ve tan triunfante.

- Nadie te pidió que lo hagas - le digo

- Tu mamá, sí. Fue a buscarme a mi casa para pedirme que te lo traiga. Dice que te olvidaste todo lo que te escribió y no lograba contactarte. 

AMOR EN CUARENTENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora