Antes de cumplir una semana en cuarentena, Alex conocerá a Thiago, su nuevo vecino. El destino jugará a su favor para conseguir que algo que comenzó como una simple casualidad se vuelva un amor de película. Pero, ¿su relación será más fuerte que tod...
Todavía tengo fresco el recuerdo de sus labios posando sobre los míos. Era una sensación cálida, dulce e inocente. Aún me pregunto si en verdad pasó o solo lo soñé.
Aunque todo sucedió muy rápido, sentí como si cada segundo fuera eterno. Cuando escuché la voz de mi mamá acercarse, giré y en pocos movimientos me acomodé y terminé sentado sobre la escalera.
Thiago no dijo nada, solo me miró. Creo que entendió que algo pasaba. Hizo lo mismo que yo y se sentó a mi lado.
Para cuando mi mamá llegó, nosotros ya estábamos tranquilos conversando como si nada hubiera pasado.
Pero sí que pasó...
Como buena madre, no podía dejar de hacerme pasar roche. Si supiera que bastaba con él que yo sólito ya había hecho.
- Deben estar hambrientos. Ya casi está la comida. Alex, ¿por qué no invitas a tu amigo a almorzar con nosotros? - dijo mi mamá con ese tono insoportable que hace cada vez que me quiere humillar.
Thiago me miró fijamente y arqueó la ceja esperando mi invitación. No podía contener las ganas de burlarse de mí. Como mi mamá seguía parada delante de nosotros, tuvo que fingir tener educación y modales.
Todo esto es mi culpa. Solo a mí se me ocurre hacerme el social y justificar nuestra presencia ahí abajo diciendo que es el nuevo vecino y que le estoy mostrando el edificio. Como era de esperarse, mi mamá no pudo evitar ser parte de la conversación.
- No sabía que teníamos nuevos vecinos, ¿por qué no me avisaste antes? - me reclamó
Por más que lo pregunte con una sonrisa, sé que en el fondo solo lo hace por joder.
- Yo soy Luisa, la mamá de Alex ¿Y tú eres...? - le dijo con esa sonrisa insoportable.
- Soy Santiago, pero todos me dicen Thiago. Vivo en el 202. Bueno, no vivo realmente acá, solo me estoy quedando en casa de mi tía por unos días... -.
Hasta hace unos minutos, para lo máximo que había usado la boca era para besarme. Ahora, no deja de contarle toda su vida a mi mamá.
No es que esté celoso de eso...
- ¿Ya vas a subir? - interrumpí fastidiado.
- No seas malcriado, Alex - me dice mientras me pasa bruscamente sus bolsas - anda subiendo esto y llévate a Lucky también. -
¿En serio va a matar mi momento romántico así?
Miré a Thiago para ver si pensaba hacer algo, pero solo logré ver como se divertía con la situación.
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El lunes al medio día el Presidente anunció que el toque de queda sería a partir de las seis de la tarde. Podría haber llamado a Thiago para contarselo, pero seguía molesto por lo que sucedió el día anterior.
Ya habían pasado 24 horas y el chico seguía sin manifestarse.
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