Por la mañana, tuve que entrar a clase, se me hizo eterno, el profesor hablaba y hablaba y yo solo hacia dibujitos en la esquina de mi libreta.
Logré crear una animación, si pasaba de la primera hoja a la segunda varias veces y rápido, el monito levantaba los brazos y el perro movía la cabeza de un lado al otro, solo le faltaba una canción que quedara con el ritmo de estos dos y sería un buen vídeo musical. Tal vez después lo haga.
-La tarea la pueden entregar el fin de semana hasta la media noche del domingo
Fue lo único que mi cerebro captó. Pero no capte qué era la tarea. Como sea, no importa, luego pregunto o simplemente no la mando, da lo mismo, de todos modos, los exámenes son los que valen y los que te conceden el pase de materia.
A la siguiente clase podía no entrar, así que fui a ver a esa profesora linda de piano, simplemente para pasar el rato.
Dijo que estaría desde temprano y hasta las 4 de la tarde, por eso no pregunté a nadie si la habían visto.
Tomé mi mochila y la colgué en mi hombro antes de salir del salón.
Las personas se movían por los pasillos y me estorbaban en mi camino. Nadie me saludaba y yo no saludaba a nadie, era bueno, no me gustaba hablar con estas personas, entre más rápido me aleje de ellas, mejor.
Caminé hasta el auditorio, pasé por el pasillo donde en la pared había un espacio con muchos anuncios, de los talleres que había aquí, de algunos eventos próximos y algunos trabajos. Paralela a esa pared, estaban las puertas al auditorio.
Abrí una de ellas, en silencio y con cuidado de que nadie notará mi presencia.
El lado de los asientos estaba a oscuras, pero el escenario, estaba iluminado con los reflectores.
Me acerqué con pasos lentos y silenciosos, mirando cómo esa chica estaba concentrada tocando el piano. Parecía que lo disfrutaba demasiado, porque tenía una leve sonrisa en los labios y de vez en cuando cerraba los ojos, dando esa sensación de que disfrutaba de la sensación de tocar el piano y de escuchar el sonido que producían las notas correctas.
Me acerqué hasta la última de las filas y me senté en uno de esos asientos, simplemente mirándola a ella. No había nadie más, solo nosotros dos.
Me gustaba, tenía una linda silueta, un lindo cuerpo, linda cara, lindas manos, lindo cabello... todo en ella era lindo. No pude evitar tener pensamientos sucios, pero simplemente pude morderme el labio y respirar profundo.
Creo que sí tomaré clases con ella.
Terminó la canción y sonrió satisfecha con lo que había hecho, dejó sus manos sobre sus muslos y los sobo un poco.
-Me gustaría tomar la clase
Miró a donde estaba yo y dejó de sonreír.
-Debes inscribirte con el profesor, Albert
-¿No puedo hacerlo contigo? No me agrada ese profesor
-Lo siento, él me pasará la lista
-Simplemente escribe mi nombre en alguna libreta, vendré todos los días, a la una
Me miró confundida y sonrió.
-¿Me estas dando órdenes?
-No, solo no quiero ir a buscar a ese profesor, esperar que te pase la lista y esperar a que nadie más haya elegido ya esa hora
-Bueno, si alguien más ya tiene esa hora, debemos respetarlo
-Bien -me levanté de mi asiento -creo que me acabo de arrepentir
Le sonreí un poco y caminé para la salida.
-Espera -dijo tranquila, pero de todos modos me logró detener
Me giré sobre mis tobillos y la miré con una suave sonrisa en mis labios, una sonrisa de satisfacción.
-Te daré la clase de la 1 todos los días, solo con una condición
-¿Cuál? -no pude evitar sonreír aún más
-¿Has tocado alguna vez el piano?
-Jamás en mi vida
-¿Tienes piano en tu casa?
-No
Se quedó pensando por un momento.
-En tres semanas, debes por lo menos sacar una canción, la que tu quieras, que dure más de 2 minutos y que no se repitan tanto los compases, una clásica, de preferencia ¿Hecho?
-Hecho -levanté los hombros
-Bien, te espero a la una
-¿Qué tantos alumnos tienes?
-No muchos, yo diría que de los 40 que vinieron, solo 16 se inscribieron
-¿Cómo les darás clase a esos 16 alumnos?
-Estoy aquí desde las 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde, de lunes a viernes, no todos los alumnos vienen todos los días, puedo darle a todos clase, confía en mí, tus clases serán completas
-Eso espero -sonreí
-Nos vemos en la tarde
Me di la vuelta y salí del auditorio.
Me sentía feliz, creo que ahora sería divertido venir a este asqueroso lugar.
En mi día falte a algunas clases y cuando dio la una, dejé mis cosas en el casillero y solo me llevé una libreta y algo con que escribir, no estaba seguro si los necesitaría o no, pero por si las dudas.
Antes de ir al auditorio, pasé por la maquina de comida, compré unas galletas y un jugo de durazno, me comí la mitad de las galletas y me tome el jugo. Caminé al auditorio y entré.
Ella estaba sentada en el banco frente al piano mientras miraba su teléfono.
-Hola -salude
Levantó la mirada y me sonrió.
-Hola
Subí los escalones al escenario y me acerqué al piano.
-¿Podrías darme tu nombre? -tomó una libreta de color hueso que había tenido sobre sus piernas y la abrió
-Kim Namjoon
Tomó una pluma y anoto mi nombre en una hoja limpia. Tenía linda letra, era una especie de letra cursiva y de molde.
-Linda letra -dije
-Gracias
A un lado de mi nombre puso los días en los que iría y la hora.
-Listo -me miró -primero ¿Sabes leer las partituras?
-No
-Bien, comencemos con eso
Pensé que iríamos directo al piano, pero no. Es lo que mas odio de cualquier cosa a la que quiera comenzar, que primero sea la teoría, pero... si no entiendo eso, no podre tocar el piano.
ESTÁS LEYENDO
Mi Querida Profesora (KimNamJoon)
Ficção AdolescenteUna linda profesora de piano que parece tan inocente y eso solo hace más divertido la idea de jugar un poco con ella...