Quince

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-¿Entonces, está todo bien doctor...? -escucho una voz masculina a lo lejos.

Mierda.

Una punzada dolorosa me ataca a la cabeza. Joder, duele mucho. Intento abrir los ojos pero me duele aún más con los rayos de sol que entran por la ventana.

Intento hablar pero no puedo, me cuesta ya que tengo la garganta extremadamente seca. Abro un poco los ojos y veo todo borroso, pestañeo un par de veces para poder aclarar la imagen. Blanco. Todo blanco. Mi corazón en seguida se comienza acelerar. No puede ser.

-Sheila.

Un hombre con lentes, bata blanca y pasado los cuarenta me mira.

-¿Sheila estás bien? Soy tu doctor.

Esta no es mi habitación. Estoy en un puto hospital. Cierro mis ojos fuertemente para evitar que recuerdos dolorosos lleguen a mi mente. Tengo que salir de aquí.

-N-no puedo estar aquí -hablo de prisa con dificultad-. Necesito s-salir de aquí.

Ráfagas de recuerdos llegan a mi mente de aquél día del accidente. No puede ser, tengo que salir de aquí. Mis ojos se cristalizan y en seguida lagrimas comienzan a caer. Intento levantarme pero un dolor demasiado fuerte y doloroso me ataca la parte de atrás de mi cabeza haciendo que suelte un grito.

-¡No! -el hombre me detiene de inmediato-. No puedes hacer eso niña por Dios, debes descansar.

-N‐no no puedo estar aquí -sollozo-. Necesito irme, por favor.

-Sheila no puedes irte, te golpeaste la cabeza y tienes puntos, no puedes moverte -escucho la voz de Raúl.

-¿Tiene algún trauma? -el Doctor le pregunta a mi padre.

-Sí -responde.

-Ok, la voy a inyectar para que duerma.

-N-no necesito irme por favor Raúl sacame de aquí -le suplico.

Flashback:

-Shei Shei duele duele mucho -solloza Ashly.

-Por favor reciste -le suplico tomando su mano.

-¡Aaah duele mucho! Por favor Shei duele duele -grita entre llantos.

-Ya llegarán, por favor no te vayas mi vida, no me dejes -grito sollozando.

Mucha gente nos rodea, nos miran con pena. La ambulancia no llega nunca. Mi hermana no deja de sangrar de todas partes de su pequeño cuerpo. Tiene muchos tajos, en su cabeza, en su cuello, en sus pequeñas piernas y muchos más. Yo no tengo nada a comparación de ella.

No sé cómo puede seguir con vida, pero lo agradezco.

Miro a mi alrededor en busca del vehículo que nos ha chocado, pero hace un rato las personas han gritado que se ha dado a la fuga.

Pero en este momento no me importa más que mi hermana.

Escucho la sirena de la ambulancia y un suspiro deja mis labios. Miro a Ashly y ella está totalmente pálida, sus ojos llenos de lagrimas, llenos de dolor, pero con una pequeña y débil sonrisa en sus labios.

-T-te amo much-chito Shei Shei -dice con dificultad.

-¡Por favor ya llegaron no te duermas Ash por favor no te duermas! -le grito-. ¡Te amo no te vayas no me dejes por favor Ash abre los ojos!

Los paramedicos bajan de la ambulancia , la cargan con cuidado y la suben a la camilla. Luego me cargan a mi también y nos ponen juntas dentro de la ambulancia. Tomo su mano que está colgando y comienzo a llorar suplicando a que ella no se vaya.

R A R ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora