Mark despertó, se sentía completamente perdido, sus párpados le pesaban, a su lado encontró su arma de dotación; la tomó y caminó con dificultad, no recordaba que estaba haciendo en la Fugaz Escarlata, hasta que la voz de Cemitono lo bajó de esa nube en la que se encontraba mientras intentaba recordar lo que había pasado pero su cerebro no respondía. Se alegraba de escucharle, algo que rara vez sucedía, pero que no comentaba.
—Mark, has reaccionado; por favor ve hacia los controles, que en este momento no debería ser yo quien tenga en control —comentó esa inteligencia artificial.
—¿Qué ha sucedido?
—Todos se encuentran en un estado alterado, una ráfaga golpeó la nave y nos sacó de golpe del espacio Nerok. Estaremos a punto de ingresar a un cinturón de asteroides, así que cuento contigo.
En ese instante recordó todo de golpe, habían sido enviados a buscar unos objetos que presentaban una especie de irregularidad, eran necesarios para lograr dañar al gigante Sikle, y por desgracia para todos ellos, parecían haberse encontrado con una de las ráfagas que parecía liberar ese ser de forma aleatoria, y les había sacado de su curso. Fue rápidamente hacia la sala de los controles, se sentó en la silla y el cinturón se ajustó de inmediato. Sus ojos estaban enfocados en lo que estaba enfrente, debía asegurar la integridad de la nave para no quedarse varados en un sitio tan riesgoso como ese. Debía mantenerse calmado, no era la primera vez en que había pilotado en una zona similar a esta, era cuestión de mantenerse concentrado y confiar en sí mismo.
Cada minuto parecía eterno, no podían simplemente disminuir la velocidad, Cemitono le ayudaba a complementar su visión y por ende su manejo de la Fugaz Escarlata. Cada curva debía ser calculada con precisión y tener la capacidad de reacción para la siguiente. Finalmente se libraron del último de los obstáculos y vieron todo despejado. La Inteligencia Artificial felicitó a Mark, y este le agradeció su colaboración, ambos en realidad lo lograron. El cemaran procedió a buscar a sus compañeros de equipo, mientras Cemitono verificaba el estado de la nave.
Vio a Garup boca abajo, tras unas sacudidas logró hacer que reaccionase, se notaba confundido y aterrorizado. Extendía sus extremidades superiores aparentemente intentando tocar algo, pero solo encontró el rostro de Mark.
—¿Garup cómo te encuentras?
—¿Mark? Mi visión está estropeada, solo veo sombras, ¡tienes que ayudarme!
—Oh por... ¡Cemitono prepara la enfermería! Voy a llevar a Garup hasta allá.
—Entendido Mark.
—¿Y tú cómo te encuentras? —preguntó el poare sin dejar de tocar su rostro.
—Estoy bien, no te preocupes por mí —dijo aquel joven Cemaran mientras cargaba a su compañero por el pasillo.
Dejó a Garup en la enfermería, y se apresuró a buscar a Peroti. Tras inspeccionar en la sala de máquinas fue a buscarle en el cuarto que ocupaba, comprendió el por qué esta vez Cemitono no le avisó de su paradero exacto, estaba en el baño y la Inteligencia Artificial no tenía acceso a ese sitio ni a los cuartos ocupados. Peroti estaba tendido en el suelo con espuma saliendo de su boca, temía que le hubiese dado un ataque, pero por fortuna no tardó en responder ante los estímulos.
—¿Qué ha ocurrido? —exclamó el rago tras limpiar su boca.
—Una ráfaga golpeó la nave y nos sacó del espacio Nerok. Parece que la misma nos dejó inconscientes a todos.
—¡¿Y dónde estamos?!
—No lo sé, pero lo más importante ahora es que Garup parece estar lesionado. Cemitono debe estar haciendo una revisión para determinar su estado.
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Alerta de proximidad
Ciencia FicciónMark es un agente de Provie, una poderosa organización presente en el campo interestelar que busca lograr la paz y el orden en el universo conocido, él lleva cuatro años al servicio de la misma haciendo uso de su experiencia como un cazarrecompensas...