La Mate Del Alpha

Capitulo 24

Sentía como movían mi cuerpo pero me rehusaba a abrir los ojos, fue así hasta que sentí un golpe claro y el ardor en el.

- ¡¿Quien fue el desgraciado?!- grite aún con los ojos cerrados, fui poco a poco abriéndolos y pronto se acostumbraron a la poca luz que había y mi vista se enfoco en el hombre sexy enfrente mío, que vestía de un vaquero ajustado a sus fornidas piernas de color negro un poco rotos en sus muslos y rodillas, una remera gris junto a una chaqueta negra de cuero y para hacer juego con su remera unas nike grises.- ¿Por qué hiciste eso? ¡Me duele como el infierno!

- Trate de despertarte bien, pero no me hacías caso. Así que tú lindo culo ayudo un poco.- alcance mi almohada y se la lancé.- vístete en media hora partiremos hacia la manada, aún nos quedan como tres horas y son las tres y media.

- Bien, ¿Cómo está el clima en ese lugar?

- Fresco y húmedo.- asentí mientras bostecia , el salió de la habitación diciendo una última vez que me apresuré.

Levanté mi trasero de la cómoda cama y estiré mi cuerpo, camine hasta donde estaba la ropa que me pondría hoy, saque por completo mi ropa quedando en ropa interior. Tome mi remera manga larga blanca, luego un pantalón de mezclilla azul oscuro tiro alto metiendo la remera dentro de mi pantalón,mis converse negras y por último mi chaqueta de cuero con un estampado de calavera en mi espalda.

Guarde mi pijama y verifique que nada se me quedará y al ver que estaba limpio salí de allí, entre al baño cepillando mis dientes, lavar mi cara y por último cepille mi cabello. Salí de allí y un olor a café inundó toda la sala

- Que bien huele.

- Solo es un pequeño aperitivo para el camino.- me senté frente a el y tome una medialuna- ya le avisé a mis padres que llegaríamos eso de las nueve de la mañana.

- ¿No habías dicho tres horas?

- Si, pero para llegar a la entrada de la manada.

- Oh.- tome un sorbo de café y luego mordí el pequeño mounstro de azúcar que me llamaba.

- ¿Estás nerviosa?

- No, ¿Por qué?.

- Conocerás a mi gente, a mis padres y una persona muy importante para mí.

- ¡Esa debe ser la estúpida de Nina!.

- Cierra la boca zoe.- dije cerrando conexión con ella.

- No, la verdad no.

- ¿Ya tienes experiencia con suegros?.

« ¿Que si tengo? Obviamente no, jamás conocí a los padres de Alexander y fue mi único novio. »

- Sinceramente... No. No la tengo.- el me miró unos segundos- ¿Tengo que tener miedo?

«Nunca en mi vida le tuve miedo a algo, pero dicen que las suegras son el peor mounstro que enfrentarás toda tu vida.»

Dudo unos segundos- No creo.- dijo después de un minuto en silencio

- Si tú lo dices.- el resto de lo que se podría llamar desayuno transcurrió tranquilamente, ambos salimos de allí después de lavar y ordenar todo, los chicos nos habían avisado que nos esperaban afuera del lugar.

Al llegar a la recepción la señora ya no estaba así que decidimos dejarle el dinero junto a la llave de la habitación con una nota diciendo: " Gracias por dejarnos hospedarnos".

- Buenos días.

- Que tal.

- ¿Están listos?- Apolo nos miro a Antoni y a mi.

- Si.- dijimos ambos

- Bien, nos veremos en la manada apartir de ahora no pararemos.- los tres se despidieron y se subieron a su auto y nosotros copiamos su acción.

Retomamos camino nuevamente.

- Si Necesitas ir al baño dime y frenaremos. Si te sientes mal igual, tu solo dime.

- No estoy nerviosa, pero tú si.- el apretó un poco el volante y sonreí de lado- ¿Tus padres no saben que voy verdad?

- No... No les eh dicho aún, esperaba hacerlo cuando estuviéramos con ellos.

- Tranquilo, daré una buena impresión- el me miró por unos segundos.- Después de todo ¿Que cosa Mala podría ocurrir?.- el me dió una sonrisa y se relajo, tome su mano y me acomode en el asiento observando la carretera.

Cinco horas después.

Sentía como movían suavemente mi cuerpo, luego como algo se posaba en toda mi cara. Comencé a abrir los ojos lentamentes

- Daniela... Despierta llegamos.- me incorpore rápidamente- estamos a unos cinco minutos de llegar, estacione para despertarte así limpias tu baba.

- Me quedé dormida, lo siento.

- Tranquila, arréglate.- y volvío a conducir,baje el espejo y me miré, mi cabello estaba un poco alborotado y tenía saliva aún colgando, rápidamente me arregle y limpie todo rastro de saliva.

- ¿Mejor?- el me miró y asintió, mire fuera de la ventana y había árboles gigantes, baje el vidrio sacando la cabeza y el olor a lluvia y humedad llegó a mi- qué bien- una gota callo justo en la punta de mi naríz y entre para que las ramas de los árboles no me golpearan el rostro.

Tal como dijo Dominic en cinco minutos llegamos a un gran pueblo, cruzamos un gran portón y las casas se hicieron notar, algunas eran de maderas y otras de ladrillos, visualice un gran parque para los niños junto algunas máquinas para hacer ejercicio, note como todas las personas dejaron de hacer lo que estaban haciendo para observar el auto en el que veníamos y el de atrás suerte y los vidrios son polarizados.

- Tengo el presentimiento de que saben que eres tú.

- Claro que si, también saben de que tres extraños vienen conmigo.

- Que rápido corren los rumores aquí.

- Ni te lo imaginas.- doblamos a la izquierda para estar nuevamente rodeados de árboles, pero no duró mucho ya que una enorme casa se dió a la luz.

- ¿Esta es tu casa?.

- Si, bueno la de mis padres.

- Es casi como la mía, solo que no tiene una gran fuente al frente.- la fuente consistía en dos lobos sentados juntando sus frentes y a su lado una pareja humana haciendo lo mismo tomados de la mano.

Estacionamos en la entrada, ambos bajamos del auto, los chicos se nos unieron enseguida

- ¡Hijo!- una señora salió acompañado de un señor, ambos se acercaron para abrazar a Dominic- Te hemos extrañado mucho cariño.

- Y yo a ustedes padres.- se separaron despues de darle un beso en la mejilla- Padre, madre ella es...

- ¡Dominic!- la voz de una chica interrumpió lo que el Hiba a decir, todos volteamos a ver, una chica de un metro sesenta, piel pálida, cabello largo hasta su cintura ondulado de color marrón claro, ojos celestes claros como el cielo y con pechos redondos venía corriendo desde el interior de la casa

- ¡Nina!- abrí los ojos al momento de ver cómo esa garrapata de dos patas saltaba para abrazar a Dominic, enrollando sus piernas en la cintura de mi hombre y abrazarlo con fuerza.

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¡Nuevo capítulo! Espero que les guste.

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