XII. Niña mujer

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Harry

Ginny está tardando mucho.
¡¿Qué tanto hablan esas chicas?!
Se han pasado más de tres horas encerradas ahí dentro.
Tal vez debería ir a buscarla.
Si. Eso haré...
¿Pero si no logra convencer a Mione?
No, paciencia...
Tengo que esperar a que salga.
Pero en serio está desesperándome.
Me paseo por la habitación como un León enjaulado.
Escucho un toque en la puerta.
Ya demasiado ansioso me abalanzo hacia ella.
_¿Y a tí que mierdas te sucede?
Mi hermano está parado justo en el umbral de la puerta.
Dejó escapar un gruñido bajo como respuesta
_vaya que humor, Potter.
_pensé que eras Ginny.
_oh Harry._ Theo pone una voz ridículamente aguda y en seguida se pegó a mí como lapa._¿me esperabas cariño?
_Basta, Nott. Suenas horrible.
A pesar de mi ansiedad de saber por qué demoran tanto, Theo me ha hecho reír con sus ridículas imitaciones de Ginny.
_no le digas a la pelirroja...
_¿Quieres que deje de verme como alguien serio?
_no me preocupa tu reputación, me preocupa que piense que mi hermano me corrompe.
_idiota.
_en fin, dejemos las tonterías de lado. Venía a decirte que Luna ha ido a hablar con Mione.
Eso me hace reaccionar.
_con razón se ha demorado tanto.
Theo me mira confundido.
Decido explicarle.
_le había pedido a Ginny que hablase con Hermione sobre Malfoy.
_ay no, son capaces de hablar toda la noche sin parar
_conociendolas, hasta podrían estar planeando la tercera guerra mundial ahí dentro
_voy a por mi mujer.
_ yo te sigo, hermano.
Theo va delante de mí por el largo pasillo hasta que llegamos a la puerta.
Escuchamos las risas y cuchicheos de las chicas.
Decido llamar a la puerta.
Un momento después ésta se abre dejando ver a mi hermana en un ligero camisón.
_¿Ya terminasteis de conspirar contra el mundo, chicas?
Hermione me da una sonrisa torcida.
Justo igual a la que Theo me muestre muchas veces.
_ni siquiera te imaginas, hermanito.
Mione abre aún más la puerta y nos deja ver a nuestras musas.
Luna en cuanto ve a Theo se abraza a él y lo besa coquetamente.
_nos vemos mañana, Mione. Hay cosas que hacer.
Ella asiente rodando los ojos y los dos tortolos desaparecen en el pasillo.
_¿Vas a quedarte ahí toda la noche, Harry?
_no, de hecho venía a buscar a mi bella dama.
Ginny totalmente sonrojada se acerca a mí y se despide rápidamente de mi hermana.
_descansa, Mione.
_tu también, Harry.
De la mano de mi preciosa pelirroja me alejo de su habitación.
Me parece ayer que tenía a mi hermana aún siendo una niña, una muy madura para su edad. Ella parecía tener el entendimiento de una mujer de veinte.
Había estado tanto tiempo en mis recuerdos que no me había fijado que estábamos en nuestra habitación hacía bastante.
_estas tenso, cariño.
Ginny con suavidad me había quitado el saco de los hombros.
Depositó un suave beso en mis labios.
Quitó mi corbata y lentamente fue desabrochando los botones de mi camisa.
Me sentó en la cama y fue quitando mi camisa.
_¿Qué haces Gin?
_solo relájate...
Sus brillantes ojos me parecían estrellas luminosas en nuestra oscura habitación.
Tenía la visión de una niña traviesa frente a mí. Con esa picardía en su mirada.
Ginny, ¿Qué pretendes?
Sus manos se pasearon por mí pecho y mis brazos.
Acercó sus labios a mi cuello.
Un escalofrío placentero recorrió mi cuerpo cuando sentí su caliente lengua recorrer mi clavícula mientras se sentaba a horcajadas sobre mí.
Deseaba tanto sus labios que no me importó interrumpir lo que estaba haciendo.
La tomé de sus rojos cabellos de fuego y me apoderé de su suave boca.
Ella empezó a bombear sus caderas sobre mí.
Otra vez esa corriente eléctrica me recorrió. Decidí ayudarla marcando el ritmo con mis manos.
Sus atrevidas manos empezaron a colarse en mis pantalones.
Un sonido metálico hizo que decidiera hacer algo al respecto.
_esto es injusto... Traes mucha ropa encima.
La tomé en volandas y la tumbé en la cama.
Se veía pequeña ante mí.
Sus labios hinchados me hacían desear más de ellos.
Poco duró el vestido que llevaba encima.
En un rápido movimiento lo había roto.
Mis manos picaban por sentir su piel.
Su pálido vientre llenaba mi vista.
Empecé a darle cortos besos en él.
Fui subiendo poco a poco mientras acariciaba sus piernas.
Su bello sujetador me estorbaba, así que rápidamente se lo quité.
Dos preciosas montañas blancas coronadas por botones rosas llenaron mi vista.
_eres preciosa, rojita.
La escuchaba respirar con dificultad.
Me apoderé de uno de sus pechos.
Mientas una de mis manos se adentraba entre sus bragas.
Estaba húmeda.
Así que quiere jugar, pelirroja...
Busqué en su intimidad y encontré el pequeño pero glorioso botón de piel que se había convertido en mi aliado perfecto.
Empecé a jugar con él mientras me apoderaba de su otro pecho.
La escuché jadear muy fuerte.
Decidí atacar su cuello mientras la hacía retorcerse de placer.
_Harry...
Escucharla decir mi nombre entre jadeos me dio otra idea.
A veces me gustaba ser perverso con ella.
Bajé hasta su feminidad y fui dándole placer con mi boca mientras me quitaba el pantalón y los bóxers.
Mi preciosa diosa pelirroja se agarraba de las sábanas con desesperación. Decidí hacer algo más.
Con uno de mis dedos fui penetrándola mientras daba pequeñas mordidas a ese delicioso botón de piel.
La ví arquearse de placer.
Mi miembro palpitaba en expectación, totalmente erguido.
_Harry ...
_¿Que sucede preciosa?
Su respiración estaba muy agitada.
_no puedo más
_¿Qué quieres que haga?
Seguí estimulándola hasta arrancarle sonoros gemidos
_Harry... Por favor...
_¿Sí?
Una gran sonrisa se dibujó en mi rostro.
_te necesito a ti... ¡Por favor!
_tus deseos son órdenes, preciosa.
Me posicioné encima suyo.
Encontré en camino que seguiría mi miembro para penetrarla.
Estaba deseoso.
Más ella me tomó por sorpresa subiéndose a mí a horcajadas.
_eres muy cruel conmigo, Harry Potter.
Tomó mi miembro y comenzó a rozarlo en su feminidad. La veía morderse los labios.
_Gin... Preciosa...
Iba a matarme de placer.
Ya estaba bastante sensible.
Lo alineó en su entrada y la muy bruja solo dejó que la penetrase con la puntita.
_eres una mujer malvada... ¿Lo sabías?
Su sonrisa lo dijo todo.
Decidí borrar esa sonrisita jactanciosa.
Sin previo aviso la puse debajo de mí.
Tomé sus caderas y me introduje en ella.
Un delicioso grito se le escapó de sus dulces labios.
Poco me importaba que toda la mansión nos escuchase. Haría gritar de placer a mí esposa esta noche.
Fui moviéndome más y más rápido.
Su feminidad caliente me apretaba en su interior.
Volví a buscar su ya hinchado bontocito mágico.
Ella empezó a jadear y gemir como loca mientras yo me hundía muchas veces más en su interior.
Hasta que la ví en medio de un delicioso orgasmo que estaba dispuesto a alargar.
Seguí bombeando en su interior hasta que ya no pude más.
Me sentí tocar el cielo en su interior.
Con cuidado la tomé en brazos y la coloqué encima mío.
Nuestras respiraciones entrecortadas eran evidencia de nuestro desenfreno.
_¿Estás mejor?
No entendía su pregunta.
_deja de estar preocupado. Mione ya me explicó sus razones, no deberíamos dudar de sus decisiones. Después de todo ya no es una niña.
_lo sé, es solo que no...
_tu hermana no es de las que muestra lo que siente pero sé que le duele que no confiemos en ella.
Los brillantes ojos de Ginny mostraban un ruego.
Por qué no hacerle caso a mi niña mujer.
_esta bien. La apoyaré aunque no esté de acuerdo.
_ lo apreciará. Ya verás...

Darkness || HinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora