UN NUEVO DÍA

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Después de a ver pasado su primera noche en aquel extraño Castillo, Hans se levanto temprano algo muy común en el, pues desde que había regresado a Arendelle paso a volverse un criado por lo que debió seguir sus horarios.

El pelirrojo se encontraba arreglando su clásico traje, con elegancia terminaba de colocarse su corbata magenta sobre su chaleco índigo, al terminar estaba a punto de ponerse se saco pero se detuvo, fue entonces que decidió cambiar su estilo y opto por quedarse así para después salir de su alcoba y tomar camino para la cocina.

Durante el trayecto el pelirrojo pensaba en la nueva situación en la que se encontraba, en su mente aun seguía presente la traición de Elsa y le dolía de solo recordarlo, pero el era un Príncipe y ellos no lloran y nunca deben bajar la cabeza pues era un signo de debilidad por lo que recordando su pasado en las Islas del Sur decidió que a partir de este día comenzaría a olvidar todas las cosas que había vivido en Arendelle....incluyendo a la Reina de las Nieves.

La vida le daba una oportunidad para ser una persona totalmente diferente en un nuevo lugar  con personas diferentes, un castillo donde podría ser el mismo y no tener siempre aquellos pensamientos de su padre que golpeaban su cabeza una y otra ves ni tampoco aquellos tristes recuerdos de su error.

Al terminar de bajar las escaleras, el ex príncipe miraba como desde temprano los criados comenzaban sus labores, algunos limpiaban las estatuas y bustos que adornaban el castillo otros con suma elegancia y con un plumero quitaban el polvo de los enormes cuadros.

Fue así que pronto llego a la cocina solo para toparse con el ama de llaves de Ivy, Gerda la cual se encontraba en compañía de un pequeño grupo de jóvenes criadas.

-Buenos días.- dijo Hans elegantemente      

-Buenos días su alteza.- contestaron en coro las mujeres

El ama de llaves miro al grupo chicas para después acertar con la cabeza fue entonces que las criadas abandonaron el lugar dejando solos a Hans y Gerda.

-Va a desayunar verdad Príncipe.- dijo la mujer

El pelirrojo le gustaba montar su corcel durante las mañanas antes de iniciar su día, pues lo consideraba un ejercicio aun que con su regreso al reino tuvo que dejarlo de hacer y enfocarse en su deberes, pero ya no estaba en Arendelle ni tampoco Anna y Elsa, ahora era "Libre" y podía darse pequeños lujos como volver a montar.

-No, la verdad quisiera ver si podría montar mi corcel todas las mañanas lo hago.- contesto el joven en un tono amable y mirando a la mujer

El ama de llaves mostró una cara de desconfianza, pues aquello parecía ser un intento de fuga por parte del huésped fue entonces que la mujer hablo.

-Le recuerdo que usted es prisionero de la señorita Ivy.- dijo Gerda mirando picaramente al ex príncipe                                                          

Este por su parte se mantuvo firme, aun que hasta cierto punto se sentía incomodo ante las miradas de los criados del castillo, pero el era un hombre fuerte y tenia una carácter para poder enfrentarlos.

-Lose, y no planeo escapar si es lo que piensa, puede acompañarme si usted quiere o mandarme un criado no tengo ningún problema con ello.- Contesto Hans seriamente

La mujer miraba con extrañes al pelirrojo pues no le daban confianza sus palabras, pero al escuchar su tono de voz y ver esa pose de seguridad opto por dejarlo ir.

- Esta bien, por las escaleras tome el primer pasillo al final gire a su Izquierda y se encontrara en la parte trasera del castillo.- dijo Gerda señalando con su mano

Hans x Ivy : Yo quisiera serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora