Reconoce cuándo has tenido suficiente y date un descanso. Tienes derecho a un descanso. No significa que no lo ames. Nosignifica que no puedas ayudarlo. Pero no eres bueno para nadie si no te cuidas.
(N.James)
El restaurante era muy insípido, en opinión de Mark. Y, aun así, estaba capturando cada detalle en su memoria. Realmente quería volver a escribir y creyó que todo este enredo de ángeles, harpías, brujos y almas sería un buen comienzo.
Puso sus codos sobre la mesa, acercándose más a todos sus acompañantes. Sonrió ampliamente. —Entonces...
Theo estaba siendo acosado –porque no había una palabra más apropiada– por Susan. La mujer estaba pegada a su costado, frotándose contra él; poco faltaba para que trepara en su regazo. Se veía incómodo.
Y Alejandro estaba haciendo muecas mientras veía a su amigo.
Cris parecía dolido. La expresión rota y su mirada triste hacían a Mark querer abrazarlo...incluso si era la primera vez que lo veía.
—...¿estás bien? —Mark lo preguntó bajando un poco la voz, atrapó una de sus manos sobre la mesa y sólo entonces Cris pareció respirar de nuevo. Tomó una respiración profunda y sus ojos se abrieron demasiado. Fue como si de repente recordara dónde estaba, era la primera vez que apartaba la vista de Theo.
Las cejas de Mark se alzaron y frotó su pulgar sobre la mano de Cris. Le daba mucha pena verlo tan triste.
Cris carraspeó un poco. Tuvo un breve momento de incomodidad antes de que una mirada curiosa y una sonrisa torcida se instalaran en su rostro. —Uumm, ¿tú eres...? No recuerdo haberte visto antes con Alex o con... —hubo una pausa y tragó antes de pronunciar su nombre— con Theo. Definitivamente te recordaría —agregó un guiño coqueto—, hay algo en ti... —ladeó un poco su cabeza y lo miró con atención. Sí, había algo en él. ¿Qué era?
Mark le regresó la mirada, sin pena alguna. Sonrió un poco, quizá un inocente coqueteo –como era su naturaleza–, al decir: —También hay algo en ti.
—¿Podrían comportarse y dejar de coquetear? —todos saltaron sorprendidos ante la voz de Theo.
Alejandro se asustó; hace sólo un momento Theo estaba centrado en la mujer y de la nada gritó eso.
Cris y Mark se sobresaltaron y miraron hacia quien acababa de gritar, pero no se veían culpables o arrepentidos. Mark todavía arrastró su dedo sobre la palma de Cris y se estremeció cuando lo sintió: Magia.
Ah. Él nunca había estado cerca de un brujo. No pudo evitar la sonrisa que curvó sus labios.
Theo gruñó y después mordió sus labios. Sus manos, en puño, sobre la mesa. No podía soportar ver a este niño coquetear y tocar a Cris. Se sentía...tan mal. Su pecho dolía; se sentía apretado, como si estuvieran estrujando su corazón y algo más. Dolía de una manera que nunca antes había sentido.
¿Y por qué demonios Cris no le decía nada? ¿Por qué no lo detenía?
Susan, por su parte, estaba furiosa y desorientada. Ella –igual que todas las pocas Harpías que todavía seguían vivas– sabía perfectamente elegir a sus víctimas. Debían ser hombres –o mujeres, aunque en su mayoría eran hombres– frágiles; y no hablemos del físico, un cuerpo fuerte no hace fuerte al hombre, eso es sólo el exterior, en cascarón que cubría lo realmente importante. Necesitaban personas débiles, almas rotas que fácilmente podrían fracturarse más para dejarlas entrar. Y una vez que ellas rompían por completo a la persona, cuando se hacían indispensables para ellos –porque “Soy todo lo que tienes. E incluso si todos te abandonan, yo sigo aquí...contigo”–, cuando tenían su alma completamente rota pero todavía funcional, entonces podían tomarla. Porque ese ser estaría tan roto y confundido que se las daría sin pensar.
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Almas entrelazadas (Gay)
FantasySEGUNDA PARTE DE ATRAPA MI ALMA: Donde Alejandro Stevens busca regresar a Michael Owl, su otra mitad, a la vida. Alex tiene parte del alma de Owl, ya que sus almas fueron entrelazadas siglos atrás, y Cris -el joven aprendiz de Owl- tiene parte de s...