Prólogo

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– ¡Ya dije que no iré!– Alzo la voz y el llega a un punto de exasperación nunca antes visto.

– ¡Irás porque en esta maldita casa mando yo, y se hace lo que YO DIGA!

Mis ojos se cristalizan, es la primera vez que mi padre me habla en ese tono, el parece darse cuenta de lo mismo porque su rostro toma una expresión de arrepentimiento.

– Sólo quiero protegerte, Violet– Habla con un tono mucho más suave– No me perdonaría si algo te pasara.

– ¿Y para protegerme tienes que enviarme a otro continente?– escupo con veneno– Para protegerme, ¿Tienes que separarme de mis mejores amigas?– mi vista se torna borrosa por las lágrimas que no quiero dejar salir.

– Quería esperar a que dejaras de darme órdenes para decírtelo pero ya que parece que tendrás un colapso, te lo diré– respira profundo mientras cierra sus ojos –Ya hablé con los padres de tus amigas y aceptaron que todas terminen el instituto en ese lugar.

Mi emoción es notoria.

– Específicamente, ¿A qué lugar te refieres?– Entrecierro mis ojos hacia el.

– Me refiero a La Guardería.

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