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Violet.

Lo veo venir hacia mí y no puedo evitar sonreír con satisfacción sin detener mis movimientos de baile sensual.

Que predecible eres, Adam.

Se supone que esta es la parte en la que yo debo dejar absolutamente todo lo que estoy haciendo para correr a los brazos de Adam.

O eso es lo que el cree.

Eso es exactamente lo que yo habría hecho si esta situación se hubiera dado el primer día de mi estancia en la guardería... pero llegados a este punto, ¿A quién le importa lo que crea Adam?.

Suficiente vergüenza me ha hecho pasar ese imbécil.

Y es cierto que me gusta, pero no puedo darme el lujo de salir con alguien que no sabe lo que quiere.

Finalmente llega a mis pies...literalmente ya que yo me encuentro sobre una mesa.

De un jalón baja al chico con el que estaba bailando tan a gusto.

Ya ni recuerdo su nombre.

Veo como Adam sube a la mesa y de un solo movimiento me pone de espaldas a el de manera que siento sus partes nobles en mi culo.

O serían nobles si no las hubieran tocado todas las féminas de lo que llamamos guardería.

Me hago la que no sabe sus verdaderas intenciones y comienzo a bailar tal cuál como venía haciendo hasta ahora.

Pero más sensual.

-¿Que hace un Ángel como tú en la tierra... y tan sola?-Siento su aliento con olor a vodka en mi oído y no puedo evitar sonreír por la estupidez que acaba de decir.

-Mi querido señor del Rock- me inclino hacia atrás mientras con una mano le tomo de el cuello para acercarlo a mí y con la otra sujeto la suya que tiene presionada en mi vientre.- Al parecer no se ha dado usted cuenta de que yo en ningún momento estoy sola, las personas me persiguen por lo visto.

Suelto su cuello para inclinarme hacia adelante y empezar a bajar lentamente al ritmo de la música. Con mi mirada al frente puedo ver el las estanterías del bar de nuestra estancia nuestro reflejo y veo que no pierde detalle alguno de mis movimientos.

Sonrió de nuevo.

Me toma de la cintura y sin parar de bailar logra que vuelva a estar a su altura pero esta vez frente a frente.

-Cuando pareces de otro mundo, como ahora- me mira de arriba a abajo- yo también te perseguiría al cielo...o al infierno si quisieras.

Esa maldita sonrisa que lleva justo ahora es la misma que me enamoró hace años.

-¿Y donde está tu chica exhibicionista?- pregunto acercando los mas posible nuestros rostros sin llegar a tocarnos.

-¿Por qué hablar de cosas que no son relevantes en este momento?- roza nuestros labios buscando más cercanía pero yo me alejo solo un poco para que sepa que no le daré el gusto.

-Me parece relevante si hace no mucho tiempo decías que la querías, pero la verdad no me sorprende que mientas con algo como eso- me acerco a su oído rozando nuestras mejillas- Eres Adam Horan después de todo, y Adam Horan nunca cambia por nada, ni por nadie.

Sin dejarlo responder me bajo de la mesa y como ya sé que tengo su mirada en mí me giro para decirle una última cosa.

-Tu chica Playboy necesita la ayuda de su chico domi- señalo a la rubia teñida que se encuentra bebiendo con varios chicos a su alrededor y al parecer va tan borracha que no se ha dado cuenta de que la parte superior de lo que ella llama disfraz se le corrió logrando que se le vea un pezón- igual todos sabemos que ella nunca deja nada a la imaginación.

Los populares mandanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora