Capitulo 6 El pasado

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Podía sentir su respiración y su corazón latir, ella estaba demasiado cerca, sentí como sus labios rozaron con los míos

Sonó mi teléfono.
En el registro aparecía como
" Mi precioso💗"

Rápidamente reaccioné separándome de la maestra quien claramente se fijo en quien nos interrumpió, tomé la llamada de inmediato cosa que la desconcertó, pero no pudo hacer más porque los alumnos empezaron a llegar

Conversación

> Hola bebé ¿ya me extrañas? - le dije a mi hermanito Octavio que tenía 8 años - Pienso en ti todos los días

< ¿Cuándo vendrás a verme?- Preguntó triste

> Pronto, sabes que no puedo estar sin ti, y te quiero tanto cada día un poco más- cuando se trataba de mi hermano menor me volvía muy empalagosa. Por eso se me hacía tan difícil estar lejos de ellos

Claro que la maestra escuchó todo lo que dije porque su cara de buen humor se había esfumado cuando entre al aula de nuevo

Y parecía que ahora si no me quería cerca de ella porque no me dijo nada cuando me senté hasta atrás del aula.

Susana: Claudia, ¿Sientes esa vibra entre Astrid y la maestra?. Parece que quieren a Astrid contra la pared - lo que no se imaginaban era que hace un rato así me tenían

Claudia: Tal vez en cualquier minuto nos cambien de lugar, como a los otros chicos que le daban lindas sonrisas

Astrid: ¿Siempre son así de agradables?- hablé con sarcasmo

Susana: ¿Sabes quién más es agradable?- me señaló a Annabeth con la mirada

Astrid: Si no las cambian de lugar, yo me cambiaré de lugar- ellas comenzaron a reír

Annabeth: Las señoritas de al final ¿acabaron? - reprendió

Susana, Claudia: Lo sentimos maestra

Susana: Sólo queríamos animar a Astrid - dijo reprimiendo su risa

Annabeth: Entonces señorita de la Rui, como usted es la culpable, queda castigada después de clases- la miré confundida, parecía que solo estaba buscando la excusa perfecta para fastidiarme

Además estaba desconcertada, nunca antes me habían castigado, y mucho menos en la escuela, siempre seguía las reglas

Astrid: ¿Castigada?, Es que yo... tengo un compromiso- había quedado con papá en cenar en un restaurante ya que casi no nos veíamos

Annabeth: Y al parecer tendrá que cancelar, que lástima por su precioso

Se escuchó en la clase un uuuhhh

Astrid: Maestra por favor, ya he dicho que lo lamento- supliqué, no quería fallarle a papá, pero a la maestra parecía gustarle mi sufrimiento

Mis compañeros al dar la hora de salida empezaron a irse del salón, dejándome sola con la maestra. Me acerqué a ella (voluntariamente por primera vez) y le supliqué que al menos me dejara el castigo para otro día.

Annabeth: De acuerdo, dejaré tu castigo para otro día, pero tendrás que hacerme un ensayo completo de la clase de hoy, y lo que más te gustó de mi... -hizo una pausa sutilmente provocativa- explicación

Astrid: De acuerdo -dije con nerviosismo y me quité del salón.

Ella me había dejado con el corazón acelerado por su comportamiento, y por un momento creí que me iba a acorralar de nuevo, pero afortunadamente no fue así.

Tomé un taxi para ir al restaurante y durante el trayecto hablé con mi amiga Liz, al parecer tenía demasiado trabajo por lo que no pudo estar mucho tiempo conmigo, me dijo que Bruno estaba más animado y emocionado por mi, eso me sacó una sonrisa, Bruno era guapo, cariñoso, comprensivo, amable ... y en mi mente repasé todo lo lindo de él.

Llegué al restaurante un poco tarde

Papá: La señorita puntualidad llegó tarde

Astrid: No me gustan las excusas, pero una maestra de lo más quisquillosa me castigó y tuve que pedirle que me dejara cumplir el castigo otro día - vi la cara de papá y no sabía si quería regañarme o darme un zape

Papá: ¿Quieres que vaya a hablar con ella?

Astrid: No hace falta papá, no quiero llamar la atención en mi primera semana - reímos juntos

Todo fue maravilloso, él se había comportado muy cariñoso, hablamos de la vida, la escuela y nuestros sentimientos, no reconocía al hombre con quien había vivido veinte años. Hasta que mencionó algo de lo que no estaba preparada para escuchar (ni en ésta vida, ni en ninguna otra).

Papá: Hija... creo que me enamoré otra vez, no te voy a presionar para que lo aceptes, sólo te pido que no me dejes, no quiero que te separes de mí por esto- casi me hace llorar y él lo notó- Te quiero Astrid - no le contesté, sólo lo miraba con nostalgia

El camino a nuestra casa fue silencioso, como en todas las demás ocasiones que me tocaba viajar con papá, ninguno hablaba. Y me puse a pensar y a recordar las cosas, papá dejó a mamá por otra. Él le dijo a mamá que ya no la amaba más y que lo de ellos ya no funcionaba. Papá nunca me había dicho nada, pero mamá ... yo era con la quien desahogaba sus lágrimas, hasta que un día ninguno pudo hacer nada para seguir juntos y así se separaron.

Sentí que mi esperanza de que regresaran se había esfumado cuando papá dijo que se volvió a enamorar. Papá era un hombre de pocas palabras y muy serio, así que si me lo dijo era porque era la nueva realidad. Mi nueva realidad.

Entramos a la casa y nos quedamos sentados en el sofá viendo un comercial de cereal en la televisión

Papá: Se ve rico ese cereal

Astrid: No caigas en el marketing

Papá: Astrid... yo...

Astrid: Papá, estoy bien, sólo quiero que tú y mamá estén en paz y felices, y que no nos dañen más a mis hermanos y a mi - dije un poco enojada

Papá: Tienes razón hija, mañana será un nuevo día y todo se siente mejor últimamente

Astrid: Me alegro que estés así, me voy a dormir, que descanses

Mi profesoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora