Capitulo 25 Decisiones importantes

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El chismoso de mi hermano le fue con el cuento a mis padres, papá se alteró y me dio todo un sermón, mamá por otro lado escuchó atentamente mi versión, me creyó e intentó calmar a papá.

Después de que discutieron, papá se dirigió a mi muy serio

Edgar: Te irás con tu abuela a partir de mañana y hasta que acaben las vacaciones - mamá no estaba de acuerdo, pero poco le importo a papá

Astrid: Aún queda una semana de escuela

Edgar: Hablé con Esteban, tú promedio es de excelencia, básicamente sólo irás a perder el tiempo esa última semana. Así que te irás inmediatamente

Astrid: Papá, estás siendo injusto

Edgar: ¿Injusto?, ibas a meter a un tipo extraño a la casa de tu prima, para hacer quien sabe qué, y además de todo, le dejaste el ojo morado a tu hermano

Astrid: Número uno, se llama Hugo y es mi amigo, número dos, no íbamos hacer nada de lo que creen, sólo queríamos descansar hasta que se nos bajará el alcohol porque no somos unos inconscientes, y número tres, Patricio se puso violento y yo sólo me defendí

Papá se puso testarudo, nos gritamos; Erika intentó disuadirlo de que no me mandara con la abuela, papá se enojó más conmigo y me mandó a mi habitación castigada.

Me desplome en mi cama boca abajo y ahogué mi grito en la almohada, de repente escuché que alguien tocó mi ventana, me asomé y casi me voy de espalda, eran Bruno y Hugo que se habían trepado la barda, les abrí y entraron a mi habitación

Astrid: ¿Están locos? ¿Por qué vinieron? ¿Saben qué es peor que llevar a un hombre a casa de tu prima? Se los diré, dejar entrar a dos hombres a tu habitación- traté de moderar mi voz

Bruno: Hugo me contó lo qué pasó, Astrid, eso significa que ya no iremos a las cabañas de la familia de Lizbeth como habíamos planeado para estas vacaciones

Astrid: Lo sé, lo lamento tanto, pero ustedes aún pueden ir, y Hugo, también te debo una disculpa, yo fui la de la idea y ahora no podré ayudarte con tu proyecto

Escuché pasos acercarse a mi habitación y entré en pánico, ellos reaccionaron y se metieron debajo de mi cama

*Entro mi padre más tranquilo*

Él me pidió una disculpa por haberse alterado tanto, y más relajado me escuchó como fue qué pasó todo

Edgar: ¿Entonces lo hiciste para que no te viera en malas condiciones? Eres muy responsable - me abrazó - creí por un instante que estabas engañando a Bruno, que por cierto, no veo avances en su relación - Sólo Dios Sabía lo que Bruno estaba pensando

Papá y yo hicimos las paces, pero no cambió su decisión de enviarme con la abuela, él se marchó; cerré con seguro la puerta y salieron los intrusos que estaban debajo de mi cama

Hugo: Que conmovedor, es una pena que no cambió su decisión

Bruno: ¿Hugo, puedes dejarme hablar en privado con Astrid? - Hugo sabía que no era buena idea después de todo lo que le conté, pero decidió marcharse.

Astrid: Bruno, esto es peligroso, será mejor que te vayas

Bruno me puso contra la pared y me besó

Bruno: Esto no hubiera pasado si yo hubiese reaccionado rápido a tu propuesta de antes, entonces... seguramente tú y yo - deslizo sutilmente su mano de mi cuello hasta mi abdomen y continuó besándome - Astrid... - colocó sus manos en mi cintura y su frente con la mía - tu padre tiene razón, debemos avanzar

Separé a Bruno de mi, no podía seguir jugando con sus sentimientos, me armé de valor y le dije que estaba enamorada de otro, él me miró con desilusión y se marchó sin decirme nada.

Miré al reloj, eran las 11:00 p.m., quería olvidar todo lo que sucedió así que tomé la sabia decisión de mezclar mis penas con un vino dulce, bajé a la cocina, tomé una botella y sin darme cuenta me la acabé.

*Siento los rayos del sol en mi cara*

Abrí mis ojos y mi cortina estaba medio abierta, me paré para cerrarla, pero al pararme me di cuenta que no traía ropa y que Erika estaba a mi lado en las mismas condiciones.

No entendía lo que estaba pasando, de repente Erika se levantó y me miró con una gran sonrisa

Erika: Buenos días amor ¿te molesta el sol? - se paró dejándome ver todo su cuerpo, cerró la cortina y me empujó a mi cama - quiero repetir lo de anoche

Ella comenzó a besarme y a tocarme; yo que aún no me podía creer lo que pasaba, me alejé de ella y me coloqué mi bata de baño

Astrid: Erika, no estoy entendiendo ¿Qué pasó? - me sentía asustada

Erika: Bueno... bajé a tomar agua, luego tú llegaste y comenzaste a mirarme justo como te estoy mirando ahora, te pregunté si te podía ayudar en algo y me besaste... aún no sé cómo le explicaré a tu padre las marcas que su hija me hizo en el cuello- le miré y no podía creer que yo lo había hecho - al final no pude resistirme a ti Astrid, y después de haberte probado, no quiero que nadie más te tenga, creo que enloqueceré si te vas con tu abuela lejos de mi.

Mi profesoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora