Capitulo 55 Vamos a darnos tiempo

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Astrid: Oh Dios !! ... - las vi marcharse en la patrulla esposadas

Señor de la grúa: Algunas veces eso pasa cuando se ponen difíciles, al menos no compartían las esposas - intentó hacerse el chistoso como si eso ayudará

De todos los escenarios posibles nunca creí que el que estaba divisando con Anna y Erika fuera algo que pudiese ocurrir. No obstante debía resolver lo que tenía primero a mi alcance... "Convencer al señor de la grúa no llevarse la camioneta" y así lo hice, lo aturdí con todos los términos de Derecho que me sabía (que en algunas ocasiones inventé) y conseguí de vuelta el vehículo.

~ Delegación ~

Llegar hasta aquí fue todo un lío gracias a que me equivoqué de calles varias veces, afortunadamente existía Google maps y pude resolverlo.

Cuando entre observé a varias personas en movimiento, yendo y viniendo de un lado a otro, me aproxime a la pizarra donde ponían los nombres de los detenidos para verificar los datos de la detención, pero sus nombres no aparecían, así que ya sabía cómo sacar a Anna y a Erika de esto sin tener que recurrir de Rogelio.

*Avancé hacia la ministerial que estaba de guardia*

Astrid: Hola lic, soy Astrid de la Rui, abogada, ¿Sería tan amable de llamar al fiscal?- me miró de pies a cabeza

Secretaria: ¿No eres muy joven?- sentí indignación... siempre me pasaba lo mismo

Astrid: No le voy a discutir mi juventud, pero si tiene tiempo de juzgarme también tiene tiempo para llamar al fiscal

Cuando acabé de decirlo escuché una fuerte risa detrás de la señora juzgona, provenía de un hombre canoso, alto y de hombros anchos que empezó a acercarse a mí.

?¿: Sin duda eres abogada- sonrió - soy Emanuel Pérez, fiscal ¿Puedo ayudarte en algo?- su lenguaje corporal desprendía mucha seguridad de sí mismo, así que debía darle la misma impresión

Astrid: En realidad, yo soy la que va a ayudarlo señor - lo primero que pensé fue que si algo salía mal no solamente Anna y Erika se quedarían encerradas, sino que también iba a quedar mal ante un fiscal

Emanuel: ¿En serio? ¿Cómo haría eso?- su mirada era similar a la de Rogelio cuando participaba en clase

Astrid: Tiene encerradas a dos mujeres

Emanuel: Aquí hay muchas - bromeó

Astrid: Entiendo, pero la cuestión es... que estás mujeres no aparecen en esa pizarra - la señalé- Y usted bien sabe que significa eso

Emanuel: ¿A qué quieres llegar?

Astrid: Si no salen sus nombres no deben estar aquí... y que de estar aquí ustedes estarían violando sus derechos, dañando gravemente la integridad física, moral y psicológica de mis...- ¿Amigas, maestras, amantes? No sabía cómo completar la oración - clientas...

Emanuel: De acuerdo, acompáñame - ordenó

Llegamos a la entrada de un pasillo y este se dividía en otros dos a la vez, los cuales de seguir avanzando en ellos encontraría las celdas de los detenidos.

Emanuel: ¿Cuáles son los nombres de nuestras clientas? - preguntó amablemente

Astrid: Annabeth Ruiz y Erika Muñoz

Mi profesoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora