No recuerdo con exactitud lo que pasó a partir de ese momento. Creo recordar que Dana no pudo contenerse más y vomitó en una papelera, Noah corrió a avisar a alguien, Lucas intentó que Penélope se apartada de Lilian y yo, me quedé quieta, con Sophie llorando en mi hombro. No sé cuánto tiempo estuve así, como en estado de shock, sin hacer nada. Como si me hubieran apagado. Lo siguiente que veo, como si fuera en un flashback, son los profesores acudiendo a donde estábamos, y la voz de Tabatha preguntándome si estaba bien. No sé si le contesté.
Después, nos llevaron a todos al despacho de la directora. Como si hubiéramos cometido alguna infracción y nos fueran a castigar. Cuando entramos, el ambiente era demasiado... distendido. Los profesores nos hicieron las preguntas de rigor; como que qué estábamos haciendo fuera de las habitaciones tras el toque de queda, lo cual reforzó mi teoría de que pensaban ponernos a limpiar la biblioteca al día siguiente por haber descubierto el cadáver de una alumna cinco minutos tras el toque de queda.
No abrí la boca en todo el interrogatorio. Todas las preguntas que nos estaban haciendo eran relacionadas con nosotros, pero nadie se preguntaba realmente qué demonios le había pasado a Lilian para haberse convertido en una escena de película de terror. Por dios, ¡que su cuerpo estaba prácticamente destripado! ¿Sólo a mí me parecía todo esto de locos?
Un profesor, al darse cuenta de que me había quedado callada, comenzó a preguntarme con más ahínco, casi enfadado.
- ¿Puedes contestar a las preguntas? No es tan complicado -me dijo, acercándose cada vez más.
- Eh, Karl. Ya vale -le riñó Tabatha-. De hecho, ya vale por todos. Hasta aquí las preguntas. Debemos dejarles un rato, ¿no veis que están asustados? Lo que han tenido que ver ha sido traumático, y sólo lo estamos empeorando.
Karl se alejó, resignado.
- Por favor, dejadme sola con ellos -pidió Tabatha. Los demás comenzaron a salir del despacho, obedeciéndola.
- Disculpad todas las preguntas, chicos. Sólo intentamos averiguar qué ha pasado. Y cuanto antes. No os preocupéis por nada, vosotros. ¿Os apetece un té? -nos preguntó, amablemente.
Yo negué con la cabeza, y supuse que los demás harían lo mismo. Si entraba algo en mi estómago, lo más probable era que saliera en seguida. Sin embargo, la mayoría dijeron que sí.
Tabatha comenzó a servir los tés, y cuando terminó cogió una silla y se sentó frente a nosotros.
- Bueno, chicos. Habéis sido muy valientes. Y por Penélope no os preocupéis. Está en la enfermería, siendo atendida. Su condición mental pende de un hilo, así que os agradecería que estos próximos días evitéis este tema, sobre todo con ella. Me gustaría que lo llevarais con máxima discreción. Así haremos nosotros, el equipo docente.
Alguno de nosotros asintió. Aún consternados, Tabatha nos envió a nuestras habitaciones, dándonos permiso para no acudir a las clases de mañana.
- Joder -masculló Lucas cuando salimos del despacho-. ¿Qué coño está pasando?
- No lo sé. Pero tengo claro que hoy no voy a poder pegar ojo -dije.
- Ya somos dos -dijo Dana-. Aún siento escalofríos.
Asentí, entendiéndola perfectamente. Tenía miedo hasta de cerrar los ojos; pues en la oscuridad de mi mente era más fácil que apareciera su cuerpo.
- Tengo una idea -dijo Sophie, intentando recuperar su brío-. ¿Y si hacemos noche de pijamas? Yo, por lo menos, no voy a conseguir dejar ojo. Y vosotras dos igual -añadió señalándonos-. Así que podríamos ir a la habitación de uno de nosotros y quedarnos... no sé. Toda la noche hablando o algo así. No sé vosotros, pero a mí me da miedo quedarme sola esta noche.
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SHADOWHILL
Teen FictionTras la repentina muerte de su hermana en extrañas circunstancias, April se ve obligada a ingresar en la academia Shadowhill, donde descubrirá que toda su vida se basaba en mentiras. Nada volverá a ser lo mismo. Ya habían pasado tres años desde La...