Capitulo extra ( Parte 6)

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Ana entró a la casa desactivando todas las alarmas, ella sabía exactamente lo que debía hacer pues estaba en su casa, un lugar lleno de secretos. Las chicas que pasaban la noche con Adrian  acostumbraban olvidar sus prendas, las mismas que el personal de limpieza las guardaba en un closet.

Ana abrió dicho closet y vio todas las prendas, las mismas que le causaban emoción pues aunque recordaba quien era su mente pensaba como una chica. Conocía todo lo que miraba como marcas, estilos y materiales.

- Esas semanas de aprender a lucir bien valieron la pena.

Ana Agarro un conjunto que había elegido con la experiencia que tenía. No quería ser reconocida como una de las conejitas que asistió a la mansión de playboy.

Una vez se colocó aquellas prendas, Ana se miro en el espejo para cerciorarse que todo estaba bien. Un destello traía un nuevo recuerdo, pues Ana estaba en el espejo del corredor donde Adrian se miraba todos los días. Una puerta se abría y de ella salía Adrian parar mirarse en el espejo.

- Eres el mejor y el mas sexy - Adrian mostraba sus músculos al espejo mientras lucía una costosa camisa mientras una blanca sonrisa contrastaba su cuidada barba.

Adrian no era muy agraciado pero le gustaba cuidarse y lucir bien. Adicional a eso su dinero, carácter y superioridad intelectual lo convertían en una persona egocéntrica.

Aquel fornido hombre que se reflejaba en el espejo se acercó a ver sus ojos, los mismos que cambiaron en unos ojos femeninos y delineados. Al alejarse Ana se miró de pies a cabeza.

- Eres la mejor y la mas sexy - Ana giraba sus pronunciadas caderas formando una silueta que se resaltaba con el apretado vestido, el mismo que delineaba unas torneadas piernas que exponían unos costosos tacones.

- No tengo mucho tiempo, es momento de actuar

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- No tengo mucho tiempo, es momento de actuar.

Una pared escondida se abría dejando ver todos los secretos y pertenencias ilegales de Adrian.

- Te tengo - Ana sonrió

Ana recordaba como entraba en la carcel y dentro de ella era abucheado y odiado por algunos, Adrian había perdido todos aquellos lujos y le tocaba comer lo que le servían. De vez en cuando algunos presos lo golpeaban o lo violaban.

- Haber si te gusta lo que tus victimas sufrían. - Sus acosadores le repetían una y otra vez.

- Espero que mueras pronto.

Adrian después de vivir una vida llena de lujos a ser una persona maltratada no dudó en aceptar someterse en aquel experimento, pues se quería mucho como para morir en un lugar donde a nadie le importa su existencia.

Pasaron algunas horas y Ana salía de la casa mientras terminaba una llamada con un teléfono desechable que tenía guardado en la bóveda . Mientras caminaba por la calle Ana pudo ver que "su preciado automovil" se acercaba.

Mientras caminaba se alistaba para llamar la atención de Ariel

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Mientras caminaba se alistaba para llamar la atención de Ariel. Ana arreglaba su vestido y acomodaba su peinad. Con pasos sensuales pero elegantes a lo lejos se veía a una hermosa mujer caminando sola. Ariel cayó en su trampa.

- Hola preciosa.

- ¿Vives por aquí?

- Te puedo llevar a casa o a donde necesites ir.

Ana mostraba indiferencia para demostrar que no era una de las chicas que Ariel conocía todos los días.

- Vamos, es tarde.

- No quiero que camines sola por estos lugares.

Ariel aunque no sabía de marcas, podía notar que la vestimenta que usaba era costosa y la presencia de Ana era muy elegante pero le gustaba lucir sensual.

Ana aprovechó que el automovil se encontraba detenido para caminar y Ariel pueda quedarse extasiado por el movimiento de sus caderas que denotaban unas perfectas curvas que se movían al ritmo de los tacones. Una sonrisa escondida de Ana afirmaba que Ariel estaba completamente entregado a la misteriosa y sensual mujer.

- ¿Ese automóvil es de Adrian? - Ana preguntó.

- eeh si, el era un muy buen amigo. - Ariel agarro la oportunidad para acercarse a Ana

- ¿lo conocías?

- Si, era un antiguo socio. Hicimos algunos negocios.

Ariel estaba sorprendido al notar que la hermosa mujer era una empresaria.

- Aparte de hermosa exitosa.

- Le entregue unos papeles importantes para que los firme pero no tuvo la oportunidad de entregármelos. - Ana buscaba una manera de acercarse a Ariel sin levantar sospechas manteniendo su estatus.

- Si deseas, puedo llevarte a la antigua casa de Adrian para que los tomes - Ariel inocentemente buscaba acercarse a Ana.

Ana estaba segura que no iba a ser reconocida por aquella fiesta, pues tenía suficiente experiencia en su vida pasada como para saber que eso no iba a pasar y ademas conocía muy bien a su viejo amigo. Ana sonrió y asintió con la cabeza.

- Gracias, son muy importantes.

Ana abrió la puerta del vehículo, al hacerlo un cantidad de recuerdos de todas las chicas que se subieron a su lamborghini llegaban a su mente. Aquellos recuerdos hacían que el cuerpo de Ana recuerde que ahora era una chica como todas las que subieron en el automóvil de Adrian . Ana aunque se había acostumbrado a su cuerpo femenino sus recuerdos de Adrian llegaban como cuando alguien recuerda respira o parpadea, las sensaciones dejan de ser automáticas. Ana nuevamente sentía el largo cabello que colgaba de su cabeza, la sensación de sus pechos se ajustaban con un corto vestido que rosaba las piernas de Ana mientras se agachaba para sentarse el el automóvil . Los altos tacones no le permitieron que su talón llegue al suelo dando una altura adicional a sus piernas, una ver arriba, sutilmente colocó las llaves de casa en el automóvil.

Ana no podía dejar de sentirse como aquella mujer con poca ropa que Adrian solo disfrutaba y despachaba, pero la sensación de sentirse deseada implementado por el experimento hacía que lo disfrute.

Ana tenía momentos lucidos de Adrian, algo que iba a experimentar durante mucho tiempo. Aquellos momentos hacían que Ana odie esos deseos, como aquel adicto que se odia a si mismo por no poder dejar las drogas.

La hermosa mujer miraba sus desnudas piernas que se mantenían juntas con el elegante vestido que descotaba sus pechos. Ana podía ver en primera persona lo que Adrian hacía con cada chica en su lamborghini recordandole que Ariel ahora estaba en su lugar.

Los ojos de Ana regresaron a ver a Ariel con una natural sonrisa de deseo, algo que no estaba planeado, pues era parte de los nuevos instintos. Ariel con su experiencia rápidamente cayó en cuenta que aquella sensual y elegante mujer no era tan difícil como parecía.

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