Capitulo extra (parte 4)

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Ana y Lorena se preparaban para el evento.
En su habitación le esperaba un traje típico de conejita. Ana vio aquel traje y le llamó la atención al recordar a aquellas hermosas mujeres que usaban ese traje y acompañaban al millonario en sus eventos.

- Esto es lo que usaremos.

- Porfavor pruébatelo y lo guardas en tu maleta.

El conjunto tenía pantimedias que cubrían sus piernas dándole un color obscuro a sus largas piernas.  Con cuidado fue subiendo el nylon hasta llegar a su pronunciada cintura. Con sus manos levantó una prenda clásica de conejita de eso que eran de una sola pieza cubriendo  su torso pero descubría completamente sus piernas y en la parte de atrás había una bola de algodón que simulaba una cola. Con cuidado se colocó el traje y se subió sobre unos tacones que en ese momento ya generaban emoción en Ana al ver cómo lucia con ellos.

Ana caminaba al espejo y en su mano llevaba unas orejas. Esta vez tenía una sonrisa que delataba su gusto por el momento, un gusto de ser conejita de Playboy. Frente al espejo sus manos levantaron el accesorio de las orejas y como si fuera una corona, se los colocó en su cabeza.

Con sus manos tocaba su diadema acomodándola mientras apreciaba el momento que estaba viviendo. Ana recordaba todo el proceso que sufrió hasta llegar a ese momento. Una disonancia en su cerebro hacía que acepte y comience a apreciar su nueva vida. Colocó sus manos en la cintura y movía la cabeza de un lado a otro viendo a otra persona en el reflejo.

Tantos años como hombre en cuestión de meses era una chica de pies a cabeza. Aquella diadema para Ana era un símbolo de su aceptación y colocársela en la cabeza era la respuesta positiva.

Al ser siempre vigilada, las cámaras podían captar todos los gestos y movimientos para dar resultados esperados. Ana daba positivo en todos los diagnósticos de personalidad.

El experimento se había completado al 100% , el proyecto 69 fue un éxito y Ana no lo sabía. Fernando recibió la noticia sobre los últimos resultados del comportamiento de Ana y estaba listo para llevarla al siguiente paso.

A diferencia de todas las chicas de ese lugar Ana era el prototipo sin errores que esperaban. Aquel experimento exitoso que revolucionaria por fin la vida de cientos de hombres que morirán en la cárcel para que tenga una segunda oportunidad manteniendo el castigo al entregar su vida convirtiese en chicas que disfruten su vida sexual.

El éxito del experimento con ana les aseguraba que el número 70 tenga el mismo resultado con la misma técnica.

Ana se retiró el traje y se colocó uno de sus vestidos favoritos para  la  ocasión dejándose aquel accesorio que iba en la cabeza. Su servicio y apoyo a la empresa le permitía que se de lujos de una Reina pero en el fondo sabía que su sentencia era perpetua y no era dueña de su vida.

A lo lejos se veía una hermosa mujer de largo cabello que se movía sutilmente con la brisa mientras subía  las gradas del jet  de Fernando

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A lo lejos se veía una hermosa mujer de largo cabello que se movía sutilmente con la brisa mientras subía  las gradas del jet  de Fernando. Con cada grada Ana movía sus caderas resaltando  un ajustado vestido que delineaba su figura y unos tacones que resaltaban sus piernas.

Atrás de Ana le acompañaba Lorena, la estrella porno, proyecto número 59. Su historia se basa en un Narco traficante de alto nivel con un coeficiente que superaba el promedio. En cuestión de 1 año desde que inició el experimento, Lorena había aprobado el 70% de las pruebas y se había convertido era la favorita de Fernando, pues al igual que Ana, su disciplina era impecable. Gracias a Lorena los siguientes proyectos se basaron en su perfil.

No se sabe mucho de los proyectos antes del 50, se dice que la mayoría fueron fallidos y otros tuvieron suerte. Algunas chicas  siguen afuera en el estrellato de su carrera pero debido a su proceso deben hacer constantes esfuerzos para mantenerse femeninas, otras chicas están en clubs exclusivos, de ese tipo de chicas que nunca las verás caminando en las calles y finalmente las que continuaron sus cambios a Merced de sus nuevos "jefes".

Ana a estaba a punto de convertirse en una estrella porno y Lorena lo sabía perfectamente.

En el avión Ana era alguien completamente distinta a cómo llegó hace unas semanas. Era una chica alegre y superficial, se había convertido en el estereotipo público de una conejita de Playboy y Lorena estaba comenzando a ver eso como un obstáculo para su libertad.

Fernando no era tonto, sabía que Ana no iba a escapar en plena cúspide de su sexualidad femenina, era algo tonto a corto plazo, pues los privilegios que recibía eran una competencia a su libertad.

- Ana, reacciona, esta es tu oportunidad para escapar.

- Como lo habíamos planeado.

- al llegar a la mansión yo haré un espectáculo que llamará la atención de todos y tú usarás esto. - Dentro de aquella maleta había un traje de servicio del lugar.

- Fue muy difícil conseguirlo, me arriesgué hace mucho tiempo cuando yo quería escapar pero fue demasiado tarde para mi.

- Fernando me había comprado con tantos lujos y  ya había forjado en mi mente aquel paradigma de belleza y lujuria.

- Es una tentación quedarse pero con el tiempo te darás cuenta que la vida no solo es lujos, belleza y lujurias.

-Estás loquita Lore - Ana sonreía relajada.

Lorena sacudía a Ana al darse cuenta que no tomaba en serio sus palabras.

- Esto es enserio

- Recueda quien eres

Las dos chicas llegaron  a la mansión e inmediatamente se colocaron sus trajes. Una vez en el evento tanto Ana como Lorena brillaban con luz propia, eran la sensación del lugar. Ana aunque no estaba acostumbrada era la primera vez que recibía elogios por su belleza de una manera no vulgar. Ana era como una adolescente que disfrutaba de los comentarios positivos de su imagen, la sonrisa de Ana era natural y poco a poco se iba abriendo al público.

Las chicas del lugar no podían evitar los comentarios susurrantes  de envidia, aunque igual competía con otras chicas del lugar. Lorena no dejaba de jalonear a Ana de un lado a otro tratando de evitar fotos o encuentros que comprometan su bajo perfil pero sabía que no iba a ser para siempre.

El trabajo de Lorena era presentar a Ana en los medios e inversionistas  pero trataba de darle largas.

- ¿ Y donde está la misteriosa chica que habla Fernando?. - Preguntaban lo invitados.

- ¿Acaso es ella ?

A lo lejos se veía a Ana conversando de manera coqueta con personas importantes en el medio. Lorena sabía que ya no podía dilatar más el asunto y gritó.

- ¡Ana! - Ana regresó a ver a Lorena con seriedad, pues sabía que ya era hora.

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