Capitulo extra (parte 11)

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Sonaba la alarma del teléfono y una mano femenina lo apagaba, era Ana levantándose como todos los días para continuar con su labor. Desde que se levantaba debía vestirse y abría un closet lleno de vestidos y tacones para su día a día. Aveces usaba shorts para pasar en casa pero debían lucir su cuerpo, Ana no tenía el privilegio de usar ropa cómoda, siempre tenía que verse bien para sus seguidores y sus "jefes". Aunque no se sentía cómoda todos los días, ya se había acostumbrado.

Dependiendo sus ingresos y comportamientos, Ana recibía privilegios como un exótico desayuno esperándole en la mesa pero otras veces debía preparar su propia comida con una alacena llena de deliciosos alimentos gracias a su buena reputación en las redes. Una vez terminaba de comer se dirigía al gimnasio, el único lugar donde podía usar ropa cómoda pues si lo hacía en otro lugar recibía castigos perdiendo privilegios como, comida, agua caliente o un clima templado.

Ana debía hacer dos horas de ejercicio controlado por un profesional en la pantalla del gimnasio, después tomaba una ducha caliente mientras usaba costosos tratamientos para su cabello y piel. Cada cierto tiempo cuando salía de la ducha debía tomar el sol para broncear su piel usando tratamientos únicos. Una vez acababa se colocaba un terno de baño para que pueda ser fotografiada y subir en sus redes sociales.

Una vez le confirmaban que ya era suficiente, debía vestirse nuevamente y tenía un reseco donde observaba a Ariel

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Una vez le confirmaban que ya era suficiente, debía vestirse nuevamente y tenía un reseco donde observaba a Ariel. Ana ya no podía entrar pero era una de sus pocas distracciones. En las redes sociales Ana parecía tener la vida perfecta pero en realidad era una prisionera que debía esforzarse para aparentarlo.

cuando entraba a casa para almorzar, se le era informada por medio de las pantallas del departamento lo que debía hacer el resto de la tarde. Si debía hacer un directo, o si un hombre o una chica llegaría a visitarla. El departamento estaba lleno de cámaras y sin darse cuenta Ana se había convertido en una estrella porno, la mejor estrella de transmisión en vivo. Ana debía aguantar desde escenas lesbicas hasta orgías de horas donde al final terminaba completamente agotada y muchas veces se odiaba a si misma por disfrutar de su dulce castigo.

Una vez se le era informada, debía prepararse para su próxima escena. El tiempo era primordial, mientras Ana se preparaba, seguía escuchando instrucciones que duraban hasta una hora.

Despues de media hora escuchando instrucciones  la piel de Ana se erizo al escuchar la voz de Gabriel en los parlantes del lugar

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Despues de media hora escuchando instrucciones la piel de Ana se erizo al escuchar la voz de Gabriel en los parlantes del lugar.

Estimada Ana, agradecemos su interés y dedicación al trabajo.

Este anuncio es muy importante

Como sabrás Arie terminó su proceso de transformación, ahora es una dulce chica "sin experiencia sexual" . A petición de nuestro cliente nos hemos visto en la obligación de llevarte fuera de este lugar por un par de días.

Acompañarás a Ariel para participar en su primera relación sexual con un cliente muy importante y a pedido de nuestro cliente deberás participar en su fiesta. Por favor prepara una maleta con tus mejores vestimentas.

Mientras Ana apenas acababa de colocarse su ajustado vestido una puerta se abría, aquella puerta que nunca funcionaba en presencia de Ana. Un hombre alto y fornido asomaba en la puerta.

- Tiene 2 minutos para salir

Ana asintió con la cabeza mientras se acomodaba el cabello.
Un destello de recuerdo traía una situación similar.

Adrian entraba en una de las habitaciones donde tenía cautivas a las chicas que obligadamente habían sido preparadas para ser vendidas en el exterior.

- ¿Que tanto se miran y se arreglan entre ustedes?

- ¡¿Que tan difícil es verse como las perras que son ? !

Tienen dos minutos. - Adrián gritaba a las chicas mientras se alejaba .

Ana se levantó acomodándose el vestido agarrando la maleta que había preparado y avanzó con delicados pasos respetando lo que algún día despreció.

Una vez el el Jate Ana tomó asiento junto a un grupo de hombres que la escoltaban , pasaron los minutos y una hermosa chica rubia que llevaba un vestido color rosa entraba al avión con cierta timidez.

Ana se sorprendió al ver lo mucho que había cambiado su viejo amigo. Su mirada llena de seguridad y rudeza había cambiado por una tierna mirada angelical asustada pero con una sonrisa que podía enamorar a cualquier chico.

- Tu debes ser Ariel. - Ana afirmó

Ariel al escuchar su nombre por primera vez fuera de su prisión reaccionó inmediatamente pensando que lo habían reconocido pero después recordó que ese era su nombre femenino.

- Eeh si. - Ariel respondía tímidamente mientras juntaba sus piernas y estiraba su vestido con las dos manos como símbolo de incomodidad.

- ¿Sabes a dónde vamos? - Ana preguntó

Ariel miró las piernas de Ana como respuesta a su timidez y negó con la cabeza.

- Vamos a tu primer trabajo.

- ¿ Te han cogido alguna vez? - Ana pregunta con malicia.

Ariel levanto su mirada hacia Ana mientras su rostro se ponía pálido.

- ¿Co... Co.. cojer? - Ariel preguntó nervioso

- Si ha eso vamos - Ana respondía con una sonrisa mientras miraba con ternura a su viejo amigo.

- ¿No te dijeron ?

- Pues prepárate que será la primera de muchas veces . No te convirtieron en una reina para que estés exhibiendote sin hacer nada.

- Mi vida, esto es lo que nos tocó.

- es nuestro castigo - Ana hablaba como si tuviera mucha experiencia.

Ariel con los ojos sollozantes se encogía mientras el avión despegaba hacia una isla.

Un Experimento | TGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora