Extra 1

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El nuevo profesor

Zoro Roronoa salía corriendo de su apartamento llegaba tarde a su primer día de trabajo y es porque no pudo pegar oja en toda la noche cada ves que los cerraba aparecía aquella figura de un chico rubio, no llegaba a verle la cara pero su imagen hacía que Zoro sintiera una presión en el pecho asfixiante.


Cuando llegó se disculpo y su compañero de trabajo le llevó a su nueva clase al entrar lo normal la presentaciones al cabo de unos minutos su compañero se fue y se quedó dando clases y a terminar la primera hora apareció un alumno que  había llegado tarde.

Zoro se quedó sin respiración cuando lo vio entrar por la puerta era él, el chico de sus sueños está seguro aún que nunca le vio la cara algo en su interior le decía que era él.

-Persone profesor es que tuve médico.

-No te preocupes ¿cuál es su nombre?

Zoro apartó la mirada ya que se había quedado inotizado por sus ojos azul cielo.

-Sanji Vinsmoke.

Un escalofrío recorrió por todo el cuerpo de Zoro, y de repente le llegaron fragmentos de recuerdos eran tantos eran tantas emociones que tuvo que disculparse delante de sus alumnos y salir corriendo al baño de profesores, allí vómito y se sentía algo mareado era algo normal si de golpe te vienen tantos recuerdos y en ese instante sabía quién era sabía quien era aquel rubio lo sabía todo.

Se lavo la cara y se miró al espejo, era un hombre de 30 años y Sanji un adolescente de 17 años se sintió frustrado ya que sabía perfectamente que su amor en aquella vida sería imposible, ridículo y sobre todo poco probable.

Después de recomponerse volvió a la clase, transcurrió normal bueno quitando que Zoro tenía unas ganas locas de coger a Sanji y decirle cuanto lo ama, esa idea pasaba por su cabeza siempre que Sanji paraba a mirarle, Zoro ya conocía suficientemente a Sanji como para saber lo que estaría pensando seguro que no dejaba de mirarle por su pelo y también estaba bastante seguro que tenía en su garganta la palabra Marimo, ya que ha habido dos ocacciones donde Sanji en ves de decirle profesor a estado apunto de decir marimo. Eso le producía risa aún que iba a echar de menos que él le llamará así y él llamarle cejas de sushi ya que en la situación que están sería muy raro.

Terminó la jornada y Zoro se fue a su apartamento con una sensación de vacío había vuelto a ver a su querido Sanji y después de como lo perdió lo único que quería era abrazarle. Pensó en que debería hacer en esta vida para no volver a perderlo.

Los días pasaban, había días donde se le hacía más ameno pero otros días Zoro estaba apunto de consumir a la tentación de esos labios rosados del rubio pero sobre todo no podía evitar que su corazón se volviera loco cada ves que se le acercaba tan cerca para preguntarle cualquier cosa y cuando sus ojos se cruzaban juraría que saltaban chispas de que Sanji también le deseaba lo notaba lo sentía pero no podía no podía era una locura.

Pero el día de la excursión llegó, tenían que pasar una tres días en una pequeña casa rural.

Y aquella noche Zoro no podía dormir así que se fue al lago que había cerca de la casa, se sentó allí mirando el río pensando hasta que noto a alguien detrás de él.

-¿Profesor?

Zoro se giro como no era Sanji.

-¿Qué haces aquí? - Dijo con molestia.

-Lo mismo le puedo preguntar.

-No no puedes venga vuelve a la casa.

Zoro apartó la mirada para volver a mirar el río, había actuado bastante más cortante y distante con Sanji desde aquel día que casi perdió el control.

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