Destino

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A cinco días de la fuga

Luffy habló con Ace para convencerle de sacar también a sus dos amigos de este infierno y como no lo consiguio, esta noticia no sólo alegro a Luffy si no también a Kidd y a Zoro, este último se sentía satisfecho estaba saliendo todo como había planeado.

Ahora al ser el nuevo guarda espaldas de Law, Kidd podía ir a visitarlo sin ningún problema, también Zoro podía aprovechar para vigilar la habitación de su rubio y en sus descansos ir a visitarlo. Iba todo como la seda dentro de cinco días Cocodrile tendría que irse a arreglar unos negocios y dejar por un día el club esto les falicitaria mucho las cosas a los chicos.

Nada podría salir mal...

Habitación de Sanji

-Aah... Ya no puedo... aguantar más... - Gemia el rubio mientras resivia embestidas cada ves más fuertes y rápidas  de su amante que yacía encima suya.

-Yo tampoco... - Sonrió el peliverde, siguió hasta llegar ambos al extasis.

Al terminar Zoro se tumbó al lado de Sanji que aún estaba agitado, el peliverde pasó su brazo por encima de Sanji acercandolo más a él.

Después de aquel incidente Zoro se ocupó de que Sanji sólo fuera suyo, obviamente le tuvo que pedir dinero que luego debería devolver con triple de intereses, exacto tuvo que pedirle dinero a Nami. Esta algo confusa cuando le pidió dinero pero Zoro le dio una información bastante valiosa así que ella se lo dejó sin preguntar.
Sanji se sentía extraño, no podía entender como el Marimo podía arreglar las cosas tan rápidamente e incluso adelantarse a los acontecimientos es como si los conociera a todos de alguna manera y sobre todo a él.

Por ejemplo en una de sus charlas después de hacer el amor, mientras  Sanji le contaba a Zoro como un empleado de la mansión le enseño a cocinar y como él disfrutaba tanto cocinando de pronto Zoro dijo su nombre. ¿Cómo sabía que se llamaba Zeref?, también mientras hablaba Sanji de su madre Zoro dijo que sus ojos eran como los de su madre ¿Cómo lo sabía?. Todas esas preguntas Zoro ha sido capaz de esquivarlas yéndose de pronto de la habitación o cambiando de tema.

Pero esta ves Sanji estaba dispuesto a conseguir respuestas.

-Marimo. - Sanji se separó un poco de él para abrir un cajón de su mesilla de noche y sacar unas esposas, con ellas esposo a Zoro a la cama. Este puso cara de travieso pero no le duro mucho al ver el rostro serio del rubio.

-¿Qué ocurre?. - Pero Zoro prosiguió al notar que las esposas eran nuevas. - Parece que son nuevas ¿porqué las tenías eh? pervertido - Sonrió pícaramente al notar las mejillas sonrojadas de Sanji.

-¡M-marimo! ¡Hablo enserio!

-De acuerdo de acuerdo. - Zoro resoplo y susurro   para si. - La cague en mayúsculas.

-¿Dijiste algo Marimo?

-No no, bueno de que ¿quieres hablar cejilla?

-No hagas como si no lo supieras ya que sabes mucho. - Sanji se sentó enfrente suya y se encendió un cigarrillo.

Zoro resoplo y estuvo unos segundos mirándolo, se veía tan bien ante sus ojos, su cabellera rubia reboloteada sus ojos azules como el mar mirándome en curiosidad, era tan perfecto.

-¿Crees en el destino? - Zoro miró como Sanji daba una profunda calada a su cigarro.

-El destino me odia.

Zoro rio un poco ganándose una mirada asesina del rubio.

-No te enfades, me rio porque pienso lo mismo, el destino me ha hecho muchas broma macabras.

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