líneas | última parte

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Fue una tarde muy nublada. El viento era seco y las nubes de lluvia cubrían Madrid desde la mañana. El clima no estaba ayudando a aliviar la sensación del presentimiento de Flavio. Decidieron reunirse en una de las puertas que dan entrada a El Retiro.

-Siento haberte hecho esperar. - Samantha se disculpó mientras entraban al recinto.

- No te preocupes. - sonrió Flavio. - ¿A qué zona quieres ir?

- Me da igual, vamos a disfrutar de esto. Nunca sabremos cuando va a volver a ocurrir.

Allí estaba otra vez, la sonrisa agridulce.

- Oye, ¿pasa algo malo?

- ¿Hmm? Nada. Es sólo que puede que no te vea durante mucho tiempo después de esto.

- Lo dices como si no nos fuéramos a ver durante meses.- bromea Flavio.

Mientras paseaban, hablaron de casi todo lo que habia estado sucediendo con ellos. Samantha le contó cómo casi había vuelto a su rutina antes del accidente de su amiga y cómo ya sabia componer con la guitarra. Flavio habló sobre sus composiciones y que con la incorporación de una chica nueva, habian hecho un grupo fijo de amigos en el conservatorio. También habló de su hermana Bea y algunas maldades que habían hecho sus hermanos más pequeños en su ausencia. Sam no comentó, pues no había hablado con sus padres desde el accidente de Eva, más que las típicas preguntas de cuando estás fuera de tu cuidad natal estudiando, y si cuestionaban algo sobre su vida personal, ella las esquivaba con monosílabos y frases escuetas para salir del paso. Ni siquiera habló con Débora, su hermana, la cual era su mayor confidente. Con esto, ambos se dieron cuenta de que su comunicación se hizo menos de lo habitual durante este tiempo. Ella le dedicó una sonrisa agridulce antes de abrazarlo. Luego lentamente le soltó la mano y suspiró.

-Últimamente siempre estamos discutiendo. - El tono triste en su voz no pasó desapercibido por Flavio. - Se que la culpa de que estemos así es mía. No debí hacerlo, no estoy hablando del aborto, de eso estoy muy segura que hice lo correcto, pero siento mucho decirte de un día para otro mis planes sin incluirte a ti. Estabamos tan bien...

Flavio se quedó en silencio un momento. Su discurso con esa tranquilidad hicieron que se sintiera más incómodo de lo que estaba. Y no ayudaba el tono melancólico que la ojiazul utilizó en la última frase.

-He pensado mucho sobre nosotros y... yo... creo... creo que es mejor dejarlo. - dijo casi atragantandose en la última palabra.

- ¿Qué - qué estás diciendo? - Flavio la miró confundido. Ella se negó a mirarlo y en cambió él empezó a mirar fijamente la mano que sostenía hace un momento.

- No quiero que terminemos enfadados. Que termines odiandome. Sin mi, tienes una cosa menos de la que preocuparte. Apenas hacemos cosas juntos y se ha vuelto raro desde entonces. - Se volvió hacia él una una expresión desgarradora. - Todavía te quiero, pero no puedo dejar que malgastes más tu tiempo en mi cuando ya no tenemos futuro. La he jodido.

- Así que hemos terminao'. - Flavio estaba haciendo todo lo posible para mantener las lágrimas al límite. - Si las cosas siguen así, ¿Podríamos ser amigos al menos?

Samantha se acercó a Flavio asintiendo y suavemente le dió un beso cerca de sus labios. - Lo siento muchísimo. De verdad. Lo siento.

La chica salió rápidamente de ahí y se fue a toda prisa hacia la calle. Él, permaneció inmóvil durante un par de minutos. Decirse adiós fue una de las cosas más dolorosas que habían hecho nunca. Tras reflexionar, ambos sabían que romper era lo mejor.

brillo 》 flamantha one-shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora