líneas | parte 2

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Flavio se remueve en la cama, rodeando a Samantha con sus brazos y comenzando a besar su cuello, provocándole pequeñas cosquillas con la única intención de que ésta se despierte.

Ella se remueve, encogiéndose de hombros todavía inmersa en su sueño, y curva sus labios hacia arriba cuando por fin es consciente de las caricias de Flavio. Emite un pequeño ruido, desperezándose y saludando a su novio.

-Despierta - le susurra él, acercando tanto los labios a su oreja que le provoca un pequeño escalofrío.

-Mmm, quiero seguir durmiendo – dice ella con voz adormilada.

El apoya su codo en la almohada y la mira, acariciando su pelo y analizándola por un momento.

-Últimamente te pasas el día durmiendo – comenta en un tono cariñoso.

-Tengo sueño – dice ella, buscando una postura mejor, girando su cuerpo y quedando de cara a Flavio.

Él aprieta los morros y frunce el ceño. Es cierto que ahora se pasa el día en la cama, pero parece que realmente tenga sueño, no como estas dos semanas atrás, en las que se pasaba el día en la cama porque no tenía ganas anímicamente de levantarse. Imagina que quizás podría tratarse de las vitaminas que estaba tomando ahora, aunque eso sería raro. Sacude su cabeza un poco y acaricia esta vez la mejilla de Samantha.

-Tengo que ir a mi piso – le dice en un tono bajito – ¿Recuerdas? Tengo un trabajo que entregar. Dijiste que me acompañarías para despejarte.

Samantha levanta la cabeza, abriendo los ojos con esfuerzo.

-¿No te importa si me quedo durmiendo? Estaré aquí cuando vuelvas.

Él ríe por lo bajo, retirándole un mechón de pelo que se le ha puesto por la cara y le tapa un ojo.

-¿Seguro que quieres quedarte sola?

-Estaré bien – le asegura ella, tratando de aclararse la garganta después.

-Vale. Intentaré volver lo antes posible.

Acorta las distancias con ella y le deja un suave beso sobre sus labios, levantándose después y comenzado a vestirse. Samantha vuelve a apoyar la cabeza sobre la almohada, cerrando los ojos casi al instante.

Su teléfono móvil suena insistentemente sobre la mesita de noche. Levanta la cabeza de la almohada, molesta por el ruido. Flavio todavía no ha llegado, a pesar de que la iluminación de su dormitorio es ahora diferente, por lo que supone que ha pasado un buen rato. Tal vez sea él quien está llamando.

Estira su brazo y agarra su móvil, sentándose después sobre la cama. Alza las cejas al ver el número desconocido en la pantalla, pero contesta igualmente.

-¿Samantha Gilabert?

-Sí, soy yo – dice, despacio, reconociendo la voz al otro lado de la línea.

-Soy el Doctor García. Verás, tengo los resultados de tus análisis y me gustaría que te pasaras por la consulta para hablar contigo, ¿crees que podrás hacerlo hoy?

De pronto siente cómo sus fuerzas flaquean. Se suponía que le enviarían los resultados a casa, sin embargo si el doctor necesita hablar con ella… eso no es algo bueno.

-¿Todo… todo bien, hay algún problema con los análisis? – pregunta, sintiendo como su garganta se reseca.

-Preferiría comentártelo personalmente. No te preocupes.

-Bien, sí, voy enseguida.

-De acuerdo.

Cuando finaliza la llamada se queda unos segundos mirando su móvil para después apoyar los codos sobre sus rodillas. ¿Qué puede estar mal? Quizás su anemia es más grave de lo que pensaban o… Puede que sea algo más grave. Coge aire, obligándose a tranquilizarse y vuelve a agarrar su móvil, necesita llamar a Flavio.

brillo 》 flamantha one-shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora