partido de tenis

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La puerta principal se abrió y Flavio rodó la silla de ruedas dentro de la casa, conduciéndola directamente hacia el dormitorio.

- ¿A dónde me llevas? -preguntó Samantha en voz alta y sin ocultar su mal humor.

- Pues a la habitación - contestó Flavio, deteniéndose y dando un paso hacia el lado para mirarla.

-¿Por qué? - Samantha sonó casi atónita.

Flavio arqueó las cejas.

-¿Quieres que simplemente te deje aqui en medio? - preguntó con sarcasmo y ella le frunció el ceño-. ¿Dónde quieres que te lleve?

-¡A mi casa! - gruñó ella.

Flavio exhaló un suspiro de frustración y puso los ojos en blanco.

- No te puedes quedar en tu casa Samantha. Vives sola en un tercero sin ascensor, además ¡Mírate!- Flavio hizo un gesto con la mano. La arruga entre las cejas de la ojiazul se profundizó y apretó fuertemente los labios, dirigiéndole una mirada asesina-. Es aquí o el hospital - le informó él.

-¡Es culpa tuya! - exclamó Samantha irritada a más no poder.

-Fue un ac-ci-den-te - Flavio puntualizó cada sílaba-. ¡Ya me he disculpado un millón de veces! Le podría haber pasado a cualquiera de nosotros - Samantha estaba empezando a ponerle de los nervios y se sentía al borde de perder el control de su temperamento. Se paseó delante de ella mirando al cielo-. Si es culpa de alguien, es tuya - masculló para sí mismo, pero Samantha le oyó.

- ¡¿Qué?! ¡Cómo que es mi culpa! - gritó ella -. ¡Tú eres el que me empujó!

-¡Tú me dijiste que había que ganar! - replicó él.

-¡Pero no tienes que lexionar a una compañera de tu propio equipo para lograrlo!

- Oye, que Jesús también te ha dado otras veces y no te has quejado tanto - gruñó Flavio.

Samantha soltó un bufido.

-¡No voy a tener esta discusión por cuarta vez ! - dijo ella con los dientes apretados.

- Bien - Flavio escupió la palabra.

- ¡Bien! - Samantha giró la cara para mirar hacia otro lado.

Todo había comenzado esa misma mañana. Algunos findes se reunían en un complejo público con pistas de diversos deportes, áreas para niños y zona de restaurantes. Con el resto del grupo, allí comían y pasaban el día juntos, haciendo diferentes actividades o simplemente hablando. En verano, incluso se iban a las piscinas disponibles en vez de desplazarse hasta cualquier cuidad con playa. Últimamente quisieron cambiar de rutina y comenzaron a hacer un pequeño campeonato de tenis entre ellos, algo entre amigos, nada serio, pues era de las pocas pistas que solían quedar libres. Al ser 8 personas, se dividían en 4 turnando los tiempos. Quedando dos en banquillo. Tocaba el turno de Samantha y Flavio contra Nia y Rafa. Iban empatados hasta que Flavio, sacando su lado más competidor, quiso rematar, empujando a Samantha por el camino, con la mala suerte que ella se desplazó tambaleandose hacia la zona de banquillos, pisando la raqueta de Maialen que habia dejado en el suelo tras hacer el relevo. Después se golpeó la cabeza con fuerza contra el cemento de la pista, y su mano derecha intentado frenar la inminente caída. Samantha no podía respirar y su visión se volvió negra por unos segundos. Cuando pudo volver a ver, estrellas centelleaban y danzaban alrededor de sus ojos. Oyó los pasos del resto de amigos acercarse a ayudarla. Flavio no dejaba de llamarla por su nombre, pánico tiñendo su voz. No pensaban que fuera tan grave, hasta que vieron que Samantha apenas respondía y se volvía pálida conforme pasaban los segundos. Anaju, tomando su rol de madre en aquel grupo, se agachó junto a ella y le sujetó la cabeza con mucho cuidado mientras le repetía una y otra vez que no se moviera.

brillo 》 flamantha one-shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora