Amar Sin Límites

Capítulo 10

Luego de colgar la llamada, fui a la sala y le dije a mi madre que en pocos minutos estaría mi invitado en casa. Era la primera vez que invitaba a alguien que no fuese Christopher. Ya el almuerzo estaba listo, solo faltaba George. Mientras él llegaba, pensé en algún postre facil y rápido de hacer, busque en la despensa y vi un par de pudín y unas galletas, así que pensé en hacer una torta de pudín. Tome un molde de vidrio que mi madre cuidaba como sus ojos, prepare el pudín lo mas rápido posible y lo voltee en el molde con unas capas de galletas. Lo metí al refrigerador y en media hora estaría listo el postre.
Luego de lavarme las manos, escuche el timbre de la puerta principal, sabía que había llegado George, mi madre lo recibió con una sonrisa y llego hasta la cocina para avisarme. Fui directo a la sala, nuestras miradas se cruzaron y mi corazón comenzó a latir como una locomotora vieja a toda marcha; se veía tan hermoso y sexy con ese atuendo semi formal, jeans negros, camisa verde turquesa y mocasines. Demasiado colirio para mis ojos. Y Dios, sus ojos hacían juego con su camisa, he soñado con esa mirada desde el primer día que lo vi, este hombre es impresionante. Tanto verde en sus ojos debería ser ilegal.

Estreche nuestras manos y un abrazo en forma de saludo, y volví a sentir una descarga eléctrica recorrer todo mi cuerpo. No podía creer todo lo que George me hacia sentir con solo tocarlo. No me quiero imaginar si toco mucho más allá de lo que esta permitido.

Le di las gracias por aceptar mi invitación y nos dirigimos al comedor, pero antes de entrar voltee para mirarlo y le guiñe un ojo. Antes de sentarse en el sitio que le indique me miro y dijo:

—No sabia que tenias dones culinarios. Gracias por la invitación.

Sentí como toda la sangre se acumulaba en mi rostro, aprecia un tomate, sonrojado Sonreí y conteste con un poco de orgullo en el pecho.

— Hace unos años atrás, hice un curso de gastronomía y posterior a eso participe en un reality donde fui uno de los finalistas.

Lo mire y su cara era de impresión, lo había sorprendido y eso era nuevo. Siempre es él quien me sorprende.

Durante el almuerzo mi madre y abuela le hicieron muchas preguntas a George. Descubrí que sus padres llegaron al país luego de la segunda guerra mundial, su padre era capitán de la marina Italiana, su madre profesora de español. Cuando arribaron al país, su padre tuvo que ingeniárselas para sobrevivir con su esposa, aun no tenían hijos, pero su madre estaba en estado de gestación y tenía solo tres meses. George es el menor de tres hermanos. Cuando su madre dio a luz a su primer hijo, Andres, su padre había conseguido ser el conserje del puerto de la cuidad. Diez años mas tarde nació Lucia su hermana, y su padre ya era el gerente del puerto; quedé anonadado cuando lo comentó, el señor Paccini fue un hombre muy sabio, y con los años de experiencia que tuvo en la marina Italiana no dudaron en darle el cargo. Su madre se dedicaba a dar clases en un colegio de monjas de la ciudad, donde daba clases de latín e Italiano; hasta qué él nació y se dedico al hogar.

A los quince años su padre sufrió un infarto que le costo la vida. Andres, el mayor había terminado sus estudios universitarios de administración de empresas, incluyendo dos postgrados Banca y seguro y RRHH y se encontraba en Italia haciendo una especialización en mercadeo internacional. Lucia estudiaba su tercer año de medicina y él terminaba el bachillerato. Fue una perdida que marco su vida. Su madre tuvo que volver a impartir clases, pero esta vez solo de Italiano y eran clases privadas, por lo cual ganaba muy bien.

Cuando termino la secundaria, decidió estudiar por un año Portugués. Ya había aprendido Ingles, y el Italiano era el idioma nativo de sus padres. Luego de ser el mejor en sus clases de portugués y graduarse con honores inició su carrera universitaria en Ingenería Química y al mismo tiempo estudiaba Física Pura. En cinco años terminó ambas carreras graduándose con honores nuevamente.