Capítulo 18

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... Guapo, sexy, hermoso, deslumbrante. Todo un príncipe de un cuento de hadas.

Iba vestido con una camisa ajustada color guayaba y sus mangas estaban perfectamente dobladas hasta la parte superior de sus codos, pantalón negro y zapatos de vestir color marrón. Sus ojos eran azules, su mirada era intensa, llena de pasión. Cuando tomó mi mano sentí miles de descargas eléctricas y él lo noto.

—Estas hermoso.—dijo, y beso la parte superior de mi mano.— Me encanta como estas vestido, y ese anillo te queda maravilloso.

Yo me ruborice como un tonto, mis mejillas ardían en llamas.

—Gracias.— logre pronunciar.— Tú también estas guapo. —Solté su mano para tomar el anillo.— Se que me queda maravilloso, es mi anillo de compromiso, y mi novio es todo un príncipe.

—Gracias por el cumplido mi amor, pero vamos a ser discretos hasta hablar con tu madre. Por cierto donde esta, no la veo.

—En la sala, espera un momento y les diré que ya nos vamos.

Cuando anuncie que George estaba en la puerta, mi madre y abuela salieron casi que corriendo. George las saludo con un par de besos al estilo francés.

Y sin perder tiempo nos fuimos directo al restaurante de Pablo; yo estaba muerto de los nervios, se que ninguna de ellas se opondrá a mi relación con George, pero igual mis emociones me traicionaban.

Cuando llegamos al restaurante, mi madre, al igual que yo la primera vez que vine pensó que vendríamos a cenar en su apartamento. Pero yo no dije nada, solo sonrei un poco. Cuando salimos del ascensor, notó el cambio radical del lugar; esta vez el portero fue quien nos guió hasta una mesa cerca de la pequeña tarima y el balcón para poder observar toda la ciudad.  Tanto mi madre como mi abuela estaban sorprendidas con el lugar.

Pablo apareció unos minutos después con una botella de vino, cortesía de la casa y solicitando que dejáramos que fuese él quien eligiera el menú de la noche. Yo no tenia problema con eso, así que aceptamos la propuesta.

Había algo que me tenia un poco pensativo y era mi amigo Christopher; quería que estuviese esta noche aquí a mi lado, pero fue imposible convencerlo. Y se que algo lo angustiaba.

Además de eso, había algo que no entendía, porque habían dos lugares más en la mesa. No quise ser impertinente y no pregunté nada al respecto.

Un mesero se acerco a nosotros con una bandeja llena de bocadillos que había enviado él chef.

Mientras Pablo nos sorprendía con la cena, estuvimos hablando cosas sin sentido. Un poco de política, economía, educación, leyes y demás...

Hablamos sobre el día a día de mi madre y George, y vaya que ambos si tenían agendas muy apretadas últimamente. Mi madre tenia un viaje planeado para la próxima semana, mientras que George debía entregar los expedientes académicos para la corte de egresados de este trimestre que culmina en diciembre.

Luego de unos minutos el mesero que había traído los bocadillos se apareció con comida italiana, todo olía divino, vaya que si sabe sorprender el chef. Después de que el mesero terminara de servir los platos y se retiró, mientras degustabamos la cena vi entrar a la madre de Christopher.

¿En serio era la señora Rouse?, no podía creerlo. ¿Qué hacia ella aquí?. ¿Vendrá hablar con Pablo?.

Algo no se ajustaba a lo que mi amigo me había dicho esta tarde.

Un mesero la guió hasta la mesa que se encontraba justo al lado de la nuestra. Mi madre la saludó, yo gire para darle una cálida sonrisa y preguntar por mi amigo a lo cual respondió que debería estar en casa. Pero su tono de voz no era seguro, llevaba tiempo conociendo a la señora Rouse y ella siempre habla con seguridad sobre lo que dice. Decidí ignorar lo que decía y me dispuse a terminar de comer.

Amar Sin LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora