Capítulo 23

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Un mes. Había transcurrido un mes. Solo me quedaba pocos días de vacaciones. Podría decir que ha sido el mes más largo de mi vida. Las fiestas decembrinas aunque alegres y pintorescas, me parecieron tristes.

En noche buena mis ojos no pararon de llover, George, se había comunicado con Christopher para que lo ayudara y me entregara una pequeña caja de terciopelo y un sobre. La caja contenía una medallita de oro de la Chinita, en el sobre una carta en la cual explicaba el valor sentimental que representaba para él.

"Querido Mathias, solo han pasado algunas semanas y no sabes cuanto te he extrañado. Todas las noches deseo tenerte junto a mi.
Quiero que tomes esa medallita que hoy te entrega tu amigo, significa mucho para mi. Era de mi madre y me la regaló cuando mi padre murió, desde ese entonces nunca me la había quitado hasta ahora. Tiene un alto valor sentimental para mi, pero nunca vemos más allá del verdadero valor. Hoy es toda tuya, un pedacito de mi para ti. No olvides cuanto este loco te ama."

Con cariño.
George P

La noche de fin de año, hicimos una vídeo llamada, debido a la diferencia horaria me llamo justo a las 6:00p.m., mientras que en España ya era año nuevo, aquí seguíamos con los preparativos de la cena. Iba tan guapo como siempre, traje y corbata, y unos lentes que lo hacían ver más sexy que nunca. Su sonrisa de medio lado, su voz, el brillo de sus ojos zafiro, hicieron que me fuese en lágrimas. Verlo en la pantalla de mi celular y no poder sentir los latidos de su corazón mientras me pego a él, para poder sentir su notificado cuerpo, extrañaba esa descarga eléctrica que siempre causaba en mi. Eran tantas cosas, tantos recuerdos, sentimientos, que la nostalgia me ganó.

No ha existido un día en el cual George, no me llame o envíe. Su madre, como toda una guerrera solo estuvo siete días en cuidados intensivos, su recuperación fue muy rápida, los médicos dijeron que debía tener reposo absoluto y en pocos días estaría cien por ciento recuperada. Ese día George me llamo dando gritos de alegría, mientras yo me encontraba en una clase. Gracias al cielo y el profesor Ruiz no me pidió que abandonara el aula.
****

Un mes, exactamente un mes ha pasado y hoy día de reyes me encuentro en el puerto de la ciudad con mi madre. George, quiso sorprenderme y lo ha hecho, en la madrugada recibí un email de él, que decía:

Asunto: Día de Reyes.

Espero y los disfrutes.

Con amor,
George P.

Habían varios archivos adjuntos, supuse que era algunos libros, pero no fue así. Eran unos documentos que primera vez que veía en mi vida, con una serie de coordenadas, y todos mis datos personales. Era una carta de porte, George, había me había enviado algo y debía ir hoy a retirarlos. Uno de los archivos confirmaba la llegada del paquete al puerto. No sabía de que se trataba, pero si su intensión era sorprenderme lo ha conseguido. Después de firmar varios papeles en el puerto, me entregaron una pequeña caja con un moño azul. Le tome una foto y se la envíe a mi amado, él respondió que la abriera en casa y lo llamara para verme.

Cuando llegamos a casa, mi abuela se encontraba viendo un maratón de su novela, mi madre fue por un vaso de agua y yo fui al despacho de ella a buscar la laptop, regrese a la sala, le envíe a George para que se conectara a Skype y minutos después ya éste charlaba como un cotorro con mi abuela, hasta que llego mi momento de hablar con él.

—¿Haz abierto el paquete?—preguntó y yo negué.

—Aun no,—tome la caja y la coloque en mis piernas— ¿quieres que lo haga ya mismo?

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2020 ⏰

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