Capítulo 13

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Anoche recibí una llamada de George, donde me invitaba a salir él día de hoy. Estaba ansioso por saber a donde me llevaría.

Me encontraba en mi ultima clase, y solo miraba las agujas del reloj correr hasta que la clase finalizó.

De camino al estacionamiento me tope con mis amigas, ellas no veían la misma clase que yo, pero siempre nos veíamos. Les comente que saldría con George esta tarde y que mañana les daría detalles, porque justo en ese momento llego mi taxi. No quería esperar el autobús, quería llegar lo más rápido posible a mi casa.

Cuando llegue a mi casa, mi abuela se encontraba en el comedor almorzando, se levanto me sirvió un plato de arroz con pollo y me dispuse a comer junto a ella.

Mire la hora en mi teléfono y eran un cuarto para las dos. Me quedaban un poquito más de tres horas, así que podría dormir al menos una hora para poder estar fresco y relajado.

No me había dado cuenta que estaba sumergido en mis pensamientos y mi abuela me miraba.

—Se va a enfriar la comida Mathias. Porque no comes.

—Estaba pensando en algo madre.

>> Por cierto, quería pedirte permiso para salir esta tarde con George. –la mire con mis sonrisa de medio lado.

—Depende del lugar al que irán.

—No lo se, me dijo que sería sorpresa.

—Te daré permiso, pero luego quiero tener una conversación con George hijo, sabes que él es mucho mayor que tú y no quiero que te haga ningún daño.

—Tranquila Ma, yo confió en él, y se que no me hará nada malo.

—Eso espero. Termina de comer, yo iré a ver mi novela.

Cuando termine de comer, subí rápidamente las escaleras y llegue a mi cuarto. Abrí mi armario para ver que podía ponerme para esta tarde, George dijo algo sobre que la noche es fría. No se a que se quería referir, pero iría lo mas fresco posible. Elegí un jeans negro, nike azul y lo más importante, mi suéter mangas largas color blanco, había sido un regalo de mi abuela en mi cumpleaños y aun no la estrenaba, así que me decidí por ella.

Aun tenia tiempo para descansar así que coloque mi alarma y caí en un profundo sueño, hasta que sin remediar mi alarma sonó.

Una hora mas tarde me encontraba conversando con mi vecino mientras George llegaba. Minutos después el claxon de su carro me hizo girarme y caminar hacia él. Tome asiento en el lado del copiloto. Se veía tan guapo con sus lentes y su franela vinotinto. Y antes de que yo pudiera decir algo, él habló.

—Preparado para vivir una de tus mejores experiencias el día de hoy.– lo mire con una sonrisa de medio lado.

—Siempre y cuando me sorprendas.

—De eso no tienes que preocuparte. Estoy seguro que te sorprenderá el lugar al cual iremos.

—Entonces no perdamos tiempo, que ya quiero saber. – Él Soltó una gran carcajada. Estaba ansioso por saber a donde iríamos y sabia que no me diría nada en lo absoluto, siempre sabe como sorprenderme.

—Te calma, ya lo sabrás.

El recorrido en su vehículo fue corto, cuando llegamos lo miro con sorpresa, y que pensaba hacer, a donde me llevaría. Me trajo a un muelle, rayos, fue una señal. Me dejaría solo como la loca del muelle de San Blas. Por eso venia escuchando Maná.

Una vez mas, me interrumpió en mis pensamientos y solo dijo:

—Espero y te guste navegar. – mientras tomaba mi mano y caminabamos hacia un grupo de personas. Estaba seguro que mi cara había cambiado de color, mis expresiones faciales eran un poema.

Amar Sin LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora