Heartless ; Tayler Holder [En Edición]

Chapter Two.

2. HIM

Dixie y Tayler se habían subido al segundo piso de la casa de Addison para hablar, aunque la palabra "hablar" quedaba corta; sus gritos eran tan intensos que todos los que estábamos abajo podíamos escuchar cada palabra.

— ¿Qué hiciste esta vez, Tayler? — preguntó Dixie, su voz cargada de frustración.

— ¿Yo? Nada. Me tendieron una trampa. Pero cuando encuentre al maldito que lo hizo, juro que voy a buscarlo y... — Su tono se volvió más oscuro con cada palabra, lleno de un rencor casi palpable. Parecía disfrutar de las terribles cosas que planeaba hacer, y eso me puso los pelos de punta.

— Está bien, te sacaré de esta. Pero será la última vez, Tayler. O cambias, o la próxima seré yo quien llame a la policía para entregarte. ¿Entendido? — La voz de Dixie se alzó con tanta fuerza que me sobresalté. ¿Esa era la misma Dixie que me había abrazado con dulzura hace unas horas? La revelación me dejó desconcertada.

— ¿Desde cuándo tú me das órdenes, Dix? ¡Si no quieres ayudarme, entonces no lo hagas! ¡Maldita sea! — El sonido de algo rompiéndose siguió a su grito, llenando la casa de un silencio incómodo y tenso.

Addison subió las escaleras corriendo, murmurando entre dientes para que "Tayler" no hubiera roto nada importante.

— Creo que lo mejor será que salgamos al jardín un rato — dijo Nick, desviando mi atención. Su mirada señalaba la puerta que daba al exterior.

Asentí, agradecida por la salida. Nick, Jaden y yo nos dirigimos al jardín y nos acomodamos en unas sillas del porche trasero. El aire fresco ayudaba a aliviar la tensión. La casa de Addison era realmente impresionante, y el jardín no era la excepción: una piscina amplia, un columpio que parecía sacado de un cuento, todo perfectamente cuidado. Era el tipo de lugar que soñé tener cuando era niña. Addison era afortunada, no había duda de ello.

— Vaya, eso fue... intenso — dije, rompiendo el silencio que se había asentado entre nosotros. Nick miraba al vacío del patio, mientras que Jaden fumaba con expresión pensativa.

— Tayler es así. Es un buen chico, pero es un poco... — Jaden buscó la palabra correcta. — Conflictivo.

— Y tú, ¿de dónde eres, Faith? — preguntó Nick, tomando el cigarrillo que Jaden le pasaba para darle una calada.

— Seattle. ¿Y vosotros? — respondí, consciente de que era el momento perfecto para empezar a conocer a quienes me rodeaban.

— Tennessee — respondió Jaden, señalándose a sí mismo antes de apuntar a Nick. — Y San Diego. Lo sé, lo mío es mucho mejor, pero no se lo digas a Nick — susurró, provocándome una risa que se intensificó cuando Nick, evidentemente escuchándolo, rodó los ojos.

— ¿Qué es mejor? Claro que sí, vaquero — bromeó Nick, devolviéndole la burla.

Los observé reír y lanzarse puyas juguetonas, como niños pequeños en una pelea improvisada de manos. Me sentí relajada, al menos por un instante, hasta que vi a Dixie y Addison salir de la casa con rostros serios. Detrás de ellas, Tayler seguía con el ceño fruncido, mirándome con una mezcla de urgencia y agotamiento.

No entendía nada.

— Faith, necesitamos tu ayuda — comenzó Addison, su voz teñida de súplica.

— Claro — respondí, sintiendo que el pánico se encendía en mí al verla al borde del llanto. Era casi adorable con su labio inferior temblando, y una parte de mí quería abrazarla, pero me contuve. No teníamos esa confianza aún. Traté de procesar rápidamente la situación: Tayler estaba siendo buscado por la policía, no podía quedarse con ninguno de ellos, y yo era la única que no estaba fichada. La conclusión era obvia y nada agradable. — Oh no, ni de broma. ¿Queréis que me quede con el "delincuente"? Ni loca.