D I E C I O C H O✨

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Hay amores, que se esfuman con los años

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Hay amores, que se esfuman con los años.

Hay amores, que su llama sigue viva...

Los inciertos, que son rosa y espina.

Y amores de los buenos, como tú.

Hay amores que se siembran y florecen...


Hay amores que jamás se olvidan.

Y cuando te rompen el corazón, hay dos tipos de personas.

Los que rompen, se apartan de tu vida y te desean lo mejor.

Pero luego, también están los que son un poquito más hijos de puta, sobretodo cuando el principal damnificado era el ego y en ese preciso momento, ese era Andrés de Fonollosa.

Sufriendo por un amor que nunca iba a poder ser, comportándose como un gilipollas por algo que no iba a pasar nunca.

Pero...

¿Como te olvidas de algo, mejor dicho, de alguien, que no sabes qué hubiese podido ser?

—Perfecto. —musitó bebiendo de su copa, intentando tranquilizar sus nervios e impulsos— ¿A alguien le interesa saber algún detalle más?

Silencio.

—Perfecto.— musitó cansada, dando por zanjada la conversación.

—Yo. Yo tengo una pregunta —interrumpió Andrés el silencio con una sonrisa ladeada, ganándose una mirada de desaprobación por parte de todos— bueno, más bien quería comentar algo de lo que me he dado cuenta; eres buena en el poker ¿verdad?; Seguro que sí —respondió de inmediato, sin dejar que nadie hablara antes que él— Porque el engaño se te da como a nadie: a la policía, a tu familia —se burló— al Profesor...

—Berlín...—murmuró suspirando irritada— ¿Te puedes callar la puta boca? Por favor.

—Creo que no.— habló Andrés arrogante.

—Deja de tocar los cojones Berlín —interrumpió Nairobi hastiada por la situación— ¿No ves que estás quedando en ridículo delante de todos?

—¿Ridículo? —preguntó petulante— Mejor no hablemos de ridículos porque aquí saldríamos perdiendo más de uno.

—Vete pesao', vete de una puta vez— vociferó Nairobi gesticulando de sobremanera.

—Qué aproveche familia —ironizó Andrés tomando su copa y el vino que descansaba sobre la mesa— Me llevo esto.— dijo alejándose, caminando tranquilo.

—Berlín esperá...— habló Sergio levantándose apresuradamente.

—Quiero estar solo.— manifestó Andrés elevando levemente la voz debido a los metros que ya los separaban.

"Florencia" [La Casa de Papel] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora