Izuku se detuvo por un momento, reflexionando sobre la ironía de la vida. Este poder, que una vez consideró un regalo del destino, ahora parecía más una maldición. Sentía como si solo fuera un niño tonto jugando a ser el héroe, mientras las imágenes de lo sucedido hace unos días seguían atormentando su mente.
El peliverde entrenaba intensamente, bajo la atenta mirada del ex Símbolo de la Paz, All Might, quien observaba cada uno de sus movimientos con la misma devoción que un mentor tiene por su aprendiz.
—Bien hecho, joven Midoriya. Veo que has progresado considerablemente desde tu enfrentamiento con Chisaki —dijo All Might con una sonrisa llena de orgullo.
—Gracias, All Might. Realmente debo agradecer a mis amigos y profesores por su apoyo incondicional en mi crecimiento como héroe. Y, por supuesto, a ti, All Might, por ser mi inspiración y guía en este camino —respondió Izuku, intentando ocultar la mezcla de emociones que luchaban por salir a la superficie.
—Joven, tus palabras me llenan de orgullo. Recuerda que el verdadero poder reside en tu corazón y en la determinación que demuestras día a día —continuó All Might, colocando una mano firme pero cálida sobre el hombro de Izuku.
—Entendido, All Might. Siempre recordaré tus enseñanzas —dijo Izuku, devolviendo la mirada con una determinación renovada.
—Bueno, joven Midoriya, debo retirarme. Más tarde tengo una cita con tu madre para hablar sobre tu progreso y tu futuro como héroe —anunció All Might, dando un paso hacia atrás.
—Entendido, All Might. ¡Buena suerte en tu cita y gracias por todo! —Izuku inclinó levemente la cabeza en señal de respeto mientras ambos se despedían con una sonrisa.
Maestro y aprendiz se separaron, cada uno con su propia misión por delante. Izuku se quedó contemplando el horizonte, sintiéndose agradecido por el apoyo y la guía que había recibido. Sin embargo, en el fondo de su corazón, sabía que el camino que se extendía ante él estaba lleno de desafíos y sacrificios.
Se encaminó hacia los dormitorios escolares de la U.A. mientras el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. El viento soplaba suavemente, llevando consigo el dulce aroma de las flores que adornaban los jardines de la academia, un pequeño recordatorio de que aún había belleza en el mundo que luchaba por proteger.
A lo lejos, vislumbró los imponentes edificios de los dormitorios escolares, iluminados por la luz crepuscular. Con paso decidido, se acercó a su destino, listo para prepararse para los desafíos que le deparaba el día.
Mientras caminaba por los pasillos, el joven héroe decidió tomar el ascensor para llegar más rápido a su habitación. Sin embargo, en su prisa, presionó el botón equivocado y el ascensor lo llevó a un piso desconocido.
Al abrirse las puertas, Izuku se encontró en un pasillo oscuro y silencioso, lejos de los dormitorios familiares. Confundido, intentó regresar al ascensor, pero las puertas se cerraron antes de que pudiera hacerlo. Decidió explorar un poco, su curiosidad superando la sensación de inquietud que comenzaba a crecer dentro de él. Al acercarse a una puerta entreabierta, escuchó ruidos provenientes del interior, y su corazón comenzó a latir más rápido, sintiendo que estaba a punto de descubrir algo que cambiaría todo lo que conocía.
Izuku se acercó sigilosamente al cuarto, sintiendo que algo no estaba bien. Lo que escuchó al otro lado de la puerta lo dejó atónito. Dentro, Bakugo y Uraraka estaban conversando en un tono que lo impactó profundamente.
—¿De verdad piensas que Deku es alguien en quien se puede confiar? —la voz de Bakugo sonaba llena de desprecio.
—No lo sé, Kacchan —respondió Uraraka con un tono que Izuku jamás había escuchado antes—. A veces me pregunto si realmente está hecho para esto.
YOU ARE READING
Superior Deku
Science FictionDos caras de la misma moneda se unirán para librar la batalla más grande de sus vidas, algunos cuestionaran sus métodos otros lo admiraran pero al final a él lo único que le importa es salvar a todos sin importar si pierde la vida en el camino aun d...