Entrenamiento y Lucha Interna

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Día 2: El Primer Entrenamiento

El sol apenas comenzaba a despuntar en el horizonte cuando Izuku Midoriya se despertó en el almacén. Cada músculo de su cuerpo protestaba al moverse, recordándole la brutalidad del combate de la noche anterior y las exigencias físicas que había soportado. Sin embargo, no había tiempo para lamentos. Sabía que el verdadero entrenamiento apenas estaba por comenzar.

Al levantarse, notó cómo el frío del almacén se adhería a su piel, haciendo que su cuerpo temblara ligeramente. El silencio era casi absoluto, salvo por el leve sonido del viento filtrándose a través de las grietas en las paredes. Sin embargo, la atmósfera era tensa, cargada con la promesa de lo que estaba por venir.

Izuku miró a su alrededor, tratando de ubicarse en el lugar. La luz de la mañana apenas se filtraba por las ventanas rotas, creando sombras que se alargaban por el suelo de concreto. Fue entonces cuando escuchó los pasos firmes y decididos de Kapiushon acercándose. Izuku levantó la vista, encontrándose con la figura imponente del hombre, cuya expresión era tan inquebrantable como siempre.

 —Es hora de empezar.

Las palabras de Kapiushon fueron sencillas, pero cargadas de autoridad. Izuku asintió sin decir una palabra, comprendiendo que este era solo el comienzo de un proceso que lo llevaría al límite de sus capacidades, tanto físicas como mentales.

—Hoy vamos a probar tu resistencia física. Pero no es solo sobre fuerza; se trata de ver cuánto puedes soportar antes de romperte.

Izuku se preparó mentalmente, sabiendo que cualquier debilidad sería explotada. Oliver no estaba allí para ser un mentor amable; estaba allí para moldearlo, para forjarlo a través del dolor y la adversidad.

—Comienza con flexiones, sentadillas y zancadas. Harás las repeticiones que te diga. Y si te detienes antes de tiempo, empezamos de nuevo.

Izuku se dejó caer al suelo, listo para comenzar las flexiones. La primera serie fue difícil, sus músculos aún dolían por la paliza que había recibido, pero lo soportó. Cada repetición era una batalla contra el dolor y el agotamiento. Después de las primeras cien flexiones, Oliver le indicó que comenzara con las sentadillas.

 —El dolor es inevitable, pero la diferencia entre los fuertes y los débiles es cómo lo manejan. Si dejas que el dolor te controle, perderás.

Las palabras de Oliver resonaban en la mente de Izuku como un mantra. Cada vez que sentía que no podía continuar, que sus músculos iban a fallar, recordaba esas palabras. La figura misteriosa en su mente aprovechaba esos momentos de debilidad, susurrándole que se detuviera, que no había necesidad de seguir sufriendo.

Mente de Izuku (Superior): "Este dolor no te llevará a ninguna parte. ¿Por qué seguir sufriendo cuando puedes obtener poder de otra manera? No necesitas pasar por esto."

Pero Izuku ignoró la voz. Se concentró en la tarea que tenía delante. Sentía el sudor corriendo por su frente, el latido de su corazón acelerado mientras completaba cada repetición. Kapiushon lo observaba en silencio, sus ojos fríos y analíticos, sin mostrar ninguna emoción.

—No te detengas. No dejes que tus pensamientos te distraigan. El dolor es temporal, pero la fuerza que obtendrás será permanente.

Izuku continuó, forzando su cuerpo a seguir adelante. Sabía que no podía permitirse el lujo de rendirse. No después de lo que había perdido, no después de lo que había prometido.

Finalmente, después de lo que parecieron horas, Kapiushon levantó la mano, indicándole que se detuviera. Izuku se dejó caer al suelo, jadeando, su cuerpo temblando por el esfuerzo. El dolor era casi insoportable, pero había algo más allí, una pequeña chispa de satisfacción. Había superado la primera prueba, había demostrado que podía soportar el dolor.

Superior DekuWhere stories live. Discover now