Parte 2.

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Yo le llamaba Cass mucho antes de que tu alma fuera creada—masculló Dean mientras miraba fijamente la forma en la que Cass y ese tal Patch se abrazaban—Es un odioso.

Sam, que tecleaba en su celular comenzando a preocuparse al no recibir una respuesta a su último mensaje, alzó la cabeza mirando a su hermano junto a él con el ceño fruncido y la mandíbula apretada; se veía tan enojado, como si un idiota le hubiera rayado la carrocería al impala. Sam enarcó las cejas y miró en la misma dirección que su hermano encontrando a Cass y Patch tomándose de las manos.

El menor de los Winchester ladeó la cabeza, interesado ante la imagen que tenía en frente mientras una pequeña sonrisa tiraba de sus labios. Castiel estaba sonriendo haciendo que su rostro se viera como el de un adolescente enamorado mientras frente a él Patch le contemplaba con el rostro ligeramente ladeado y parecía acariciar sus manos antes de apretarlas, asentía y sonreía ante lo que el ángel le decía, reían en ocasiones y en otras mantenían miradas serias y tristonas.

—Cass luce realmente contento—señaló Sam con una sonrisa haciendo que Dean bufara—Yo creo que fue muy amable en ofrecernos hospedaje en lo que encontramos a su novia ¿no crees?

—Amable—gruñó Dean rodando los ojos antes de mirar a su hermano—Seguro sólo quiere tener a Cass en la casa.

Sam lo miró como si estuviera siendo ridículo pero Dean prefirió mirar hacia otro lado.

Ambos se encontraban en el vestíbulo mirando hacia la sala donde Cass y Patch no habían dejado de charlar desde que los Winchester terminaron las preguntas, ambos seres celestiales parecían estar dispuestos a ponerse al corriente de todo lo que les había pasado en la ausencia del otro y quizá Dean no habría tenido problema con eso si no fuera por esa mirada en el rostro de Castiel.

El pelinegro lucía como esos borregos degollados cuando miraban a aquel moreno; sonreía de esa bonita forma mientras sus ojos brillaban como si contemplara la estrella más brillante del firmamento y la forma en la que se tocaban...Dean estaba teniendo demasiados problemas para controlarse en ese momento. Sólo era capaz de ver a Cass comportarse con aquel tipo como se comportaba con él, si acaso luciendo un poco más patético.

—Parece una chica—gruñó Dean señalando a Castiel mientras reía y sus mejillas se coloreaban de rosa—Míralo, ¿cuándo fue la última vez que lo viste así?

—Quizá Patch fue como un novio para él en el cielo—sugirió Sam como si no tuviera importancia.

La palabra novio hizo que Dean mirara de forma asesina a su hermano haciendo que éste enarcara las cejad de manera interrogante sin saber qué había dicho mal.

Cass y Dean no podían decir que tenían una relación porque ninguno lo había hablado con el otro; ambos salían, pasaban el rato cuando Sam no andaba rondando, se besaban era obvio, se tomaban de las manos cuando estaban solos y se preocupaban por el otro pero tampoco habían sugerido tener una relación donde establecían que fueran novios o algo más.

Dean no tenía prisa por nombrar lo que tenían y Cass estaba bien con ello, sabían que estaba ahí, sabían que lo tenían pero no el nombre de eso. El cazador estaba bien con eso porque sabía que tenía al ángel y que el día de mañana no iba a levantarse sabiendo que él no estaba; su madre había vuelto, tenía a su hermano y a Cass, era más de lo que tuvo alguna vez y solía pensar que comenzar a darle un nombre a eso le daría algún tipo de fecha de expiración.

Pero en ese momento tenía severos problemas para aceptar que Cass pudo haber tenido una relación mucho antes que él con alguien de aspecto masculino. Sabía de Meg, la demonio de la que Cass se enamoró y nunca pudo decirle adiós; sabía que cuando sintió que lo perdió después de liberar a los leviatanes estuvo casado con otra mujer; por todos los cielos, él mismo apuñaló a April luego de saber que se acostó con Castiel; era consciente de las mujeres con las que Cass había tenido algo pero ¿un hombre?

El Crush Angelical de Castiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora