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11 de Febrero 2025

Siete días. Habían pasado siete malditos días y Taehyung estaba más que aterrado.

— Él en serio me odia. — susurró por lo bajo golpeando su frente con el escritorio algo desesperado, eso dolió pero no le importó.

— ¿Quién te odia Taehyung?. — preguntó la voz algo dulce y baja de Hoseok.

— Mi Hyung me odia, estoy seguro de eso.

— No sé lo malo que hayas hecho pero ese hyung del que tanto hablas no creo que te odie.

Taehyung negó y Hoseok se retiró alegando que tenía una importante visita con el presidente de la empresa SeoHitJin.

Taehyung suspiró en desacuerdo a lo dicho por Hoseok. Él en serio había hecho algo muy pero muy malo.

Porque joder, desde esa mañana en la que besó y casi, en serio casi folló a su bonito hyung, él no lo había vuelto a ver.

Esa mañana Taehyung estaba tan avergonzado que desayunó junto a YoonGi en un completo silencio y él agradeció que YoonGi no le hablara en esos momentos.

Taehyung pensó durante el camino como disculparse pero le fue imposible, porque incluso ambos se fueron juntos hasta el trabajo, él pensó en una buena excusa para dar sobre lo ocurrido en el baño.

Pero nada. No se le ocurría nada.

Antes de poder decir algo, él y su Hyung se habían separado al llegar a la empresa. Taehyung suspiró y fue a trabajar decaído. YoonGi en ningún momento lo volteó a ver.

"Hablaré con YoonGi Hyung en el almuerzo o cuando salga del trabajo"

Pensó y sin darle más vueltas al asunto dejó pasar la sensación de ansiedad que cargaba desde la mañana.

Pero desde esa mañana no volvió a ver a su bonito hyung. YoonGi ya no era visto por el piso en el que Taehyung trabajaba como oficinista.

Taehyung en esos días preguntó y preguntó sobre YoonGi pero nadie supo darle una razón.

Taehyung estaba preocupado.

Incluso en esos siete días había ido hasta el hogar de YoonGi, pero nada. Allí tampoco estaba, era eso o que no quería abrirle.

Entonces ahí estaba Taehyung, un once de febrero, sábado al medio día intentando no romperse la cabeza por no saber nada de su hyung.

Lo extrañaba y mucho.

Cuando él llegó a esa empresa todo fue un caos. Lo mandaban de aquí para allá, explotándolo por ser el nuevo en aquella oficina y más por ser humano.

El departamento de marketing, en la área en la que trabajaba y sobre todo el área que odiaba, todos allí eran demonios y/o híbridos con los cuales nunca ha interactuado más de lo necesario.

Taehyung se hubiera sentido miserable y perdido ante las órdenes dadas por su jefe y colegas si tan sólo YoonGi, ese hermoso hyung de mirada felina no le hubiera ayudado.

YoonGi fue su salvación desde ese entonces. Aunque YoonGi le hablara algo distante y frío siempre tuvo ese toque gentil al explicarle cómo funcionaba de manera correcta todo en esa oficina.

YoonGi fue el único que le ayudó y Taehyung era el único empleado con el cual YoonGi había sido amable.

O eso le dijeron sus colegas una vez. YoonGi jamás en todos sus años de trabajar en ese lugar había ayudado a alguien, y menos a los nuevos.

También fue gracias a YoonGi, que él, un simple humano en medio de todos esos seres místicos llegará al puesto de sub gerente. Y Taehyung agradecía de corazón todo la ayuda recibida por su bonito hyung.

Pero ahora las había cagado y en grande. Taehyung suspiró rendido, en serio debía de disculparse con su hyung.

Vio su reloj y soltó un suspiro. Una hora y media más y él podía irse de allí.

Taehyung odiaba tener que trabajar los sábados.

Pero en esos momentos Taehyung odió aún más la voz de su jefe de departamento diciéndole: El equipo de Kim debe de trabajar horas extras, se necesitan unos contratos para la primera hora del lunes.

"Acaso. . .¿este era su karma por haber besado a su hyung?"

Aún así no se arrepintió de haberlo besado.

Fue un sueño hecho realidad.


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