TodoBaku Month 2020 [en edición]

Día 03 | Música

❝Day 03; music | 80s AU❞

No era ningún secreto el hecho de que Todoroki y Bakugou se habían vuelto amigos; pasaron de solo hablar para discutir a estar casi todo el día juntos. ¿Lo más extraño? Que tampoco trataban de esconderlo. A ver, Bakugou negaba cualquier tipo de simpatía hacia el bicolor al principio, todo se tiene que decir, pero después de un par de semanas simplemente se limitaba a insultar a la persona que se atreviese a preguntar sobre su amistad.

Todos los de la clase 1-A estaban confundidos. ¿Acaso era este el fin del mundo? Porque lo imposible había ocurrido. Tampoco se quejaban la verdad, era mejor eso que escucharlos pelear cada día.

No me malinterpretéis, Bakugou seguía haciendo sus rabietas con Todoroki, solo que se podía notar que ya no eran agresivas como antes, sino más juguetonas. Y para rematar, el bicolor siempre andaba con una pequeña sonrisa ante esas escenas que montaba el otro.

La primera semana Midoriya empezó a rezar en todos los idiomas que conocía, estando seguro de que habría un apocalipsis o algo así que acabaría con la raza humana. En su mente "Bakugou y Todoroki" junto a "amigos" era algo que simplemente no congeniaba, pero después de ver lo sana que se había vuelto su relación no pudo hacer nada más que alegrarse, igual que Uraraka e Iida.

Pero el peliverde no era tonto, y tras dos semanas de observarlos y, en parte, acosarlos, pudo darse cuenta de que había algo más entre esos dos. Es decir, Bakugou también se llevaba bien con Kirishima, pero no le sonreía como sonreía al bicolor. Sus usuales sonrisas orgullosas cambiaban a unas sinceras, con un leve rubor en sus mejillas.

Y Todoroki tampoco se quedaba atrás; aquel chico estoico cambiaba cuando pasaba tiempo a solas con el rubio cenizo. Sonreía más, incluso reía. Se veía realmente feliz lo cual sería sorprendente para cualquiera, pero Midoriya era el único que conocía aquellos datos.

Había un pensamiento que le quitaba el sueño casi literalmente, y es que le era inevitable pensar, ¿acaso se gustaban? No sonaba tan descabellado después de ver cómo comían juntos, y caminaban juntos a casa, y estudiaban juntos, y todo juntos. Prácticamente parecían una pareja.

¿Y adivinad qué? Estaba en lo cierto. Un día Todoroki se le acercó después de almorzar con su típica expresión seria.

–Midoriya, ¿puedes hablar un momento?

El nombrado lo miró algo sorprendido y asintió con la cabeza.

–Claro Todoroki-kun. –lo siguió hasta un pasillo desolado– ¿Sucede algo?

El bicolor suspiró y el peliverde lo miró confundido.

–¿Tú y Bakugou os conocéis desde pequeños, no? –el otro asintió, dándole vía libre para continuar hablando– Necesito que me ayudes con algo importante.

Midoriya frunció el ceño, ¿acaso iba a-?

–Necesito que me digas qué le gusta a Bakugou para poder confesarme.