Día 07 | Festival hanami

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❝Day 07; holidays | hanami festival❞

Era ya marzo en Japón y los cerezos empezaban a florecer como de costumbre

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Era ya marzo en Japón y los cerezos empezaban a florecer como de costumbre. Las calles comenzaban a llenarse de aquellos arboles tan tradicionales y bonitos, haciendo un paisaje precioso a vista de cualquiera.

Y, por supuesto, acompañado de los cerezos venía el famoso hanami, aquel festival donde la gente se sentaba debajo de los cerezos para observar sus hojas caer y, de paso, comer algo en grupo o familia.

Por lo tanto, no era de extrañar que Mina quisiera ir con los de clase.

–¿¡Qué os parece ir al parque este fin de semana y así celebramos el hanami juntos!? –decía la pelirrosa emocionada.

Uraraka pareció iluminarse al oír la idea.

–¡Suena genial! –se giró al resto de la clase– ¡Vamos! ¿Os apuntáis?

La mayoría dijeron que sí ya que sería divertido pasar tiempo entre todos. Pero había un rubio cenizo esperando la respuesta de cierto bicolor para decidir si ir o no.

–Qué dices Todoroki-kun, ¿vienes también? –le preguntó Midoriya con su habitual sonrisa.

El otro pareció meditarlo un rato en silencio; no era muy fan de los eventos sociales, si se le podía llamar así, pero tampoco le iría mal pasar tiempo con sus compañeros.

–Sí, no creo que a mi hermana le moleste.

Tanto el peliverde como la castaña aplaudieron felices, pero más feliz se sentía el chico explosivo por dentro.

Cierto chico de pelo rojo y puntiagudo lo sacó de sus pensamientos.

–¿Y tú bro? ¿Vendrás también?

Bakugou hizo silencio un rato, más para hacerse el interesante que por otra cosa, y luego volvió a hablar con su típico tono molesto.

–Está bien, pero solo porque no tengo nada mejor que hacer.

Toda su squad gritó en unísono ante su respuesta, pero el rubio no les hacía caso. Su mirada estaba clavada en Todoroki, el cual hablaba tranquilamente con Deku y el resto. Apretó los puños y frunció el ceño, volviendo su atención a sus amigos.

Hacía ya varias semanas que había aceptado su amorío por el chico heterocromático; su corazón se aceleraba al verlo y no podía evitar sonrojarse levemente al hablar con él. Trataba de esconder todo eso con su usual mal humor, pero por dentro su cuerpo era un remolino de sentimientos. Poco a poco se dio cuenta de lo feliz que le hacía estar con él, aunque solo fuese estando en la misma habitación; con solo verlo de lejos su corazón se llenaba de una extraña calidez que odiaba y amaba al mismo tiempo. Inevitablemente su vista siempre terminaba encima del otro y tenía que acabar desviándola enfadado consigo mismo.

Estuvo pensándolo por un par de días, ¿y si se confesaba? Así podría quitarse la ansiedad que le provocaba no saber si sus sentimientos eran recíprocos. ¿Qué perdería haciéndolo? Su orgullo, sí, pero conociendo al bicolor sabía que, en el caso de que no le correspondiera, tampoco le diría nada a nadie, de eso estaba cien por cien seguro. Pero el otro problema era si podría aguantarlo. Ser rechazado duele, quieras o no, y Bakugou no estaba del todo preparado para ese tipo de dolor, no cuando era la primera vez que se enamoraba.

TodoBaku Month 2020 [en edición]Where stories live. Discover now