© Mi Linda Prisionera. Siempre Juntos || YG ✔

TRES

— Tienes que ser valiente. -dijo Melanie.- Vamos, yo sé que puedes. 

— Tengo miedo... Mi hermano viene hoy a la casa.

— ¿Quieres que vaya a tu casa? -la oí decir por la línea.-

— No, lo mejor será que estemos nosotros solos y decirles. No se como lo tomen.

— Bien, entonces... ¡Fuerza amiga! Tú puedes T/N, no había conocido a una persona con tantos problemas, y aún así sabe sobresalir. 

— Muchas gracias, amiga. Te llamo al rato. -y sin más, colgué.-

Suspiré. Hoy era el día, ¡Hoy era el día!

Ya había pasado una semana desde que fui con Melanie al pediatra. También hace algunos días me llegó los resultados de el examen que hice para ver si tenía plaza ó no.

Entré, no podía estar más feliz por mi esfuerzo, pero... La tuve que rechazar. La rechacé porque creí que no era bueno salir de mi país. Ó por lo menos eso creí en ese momento. 

Lo sé, muchas noticias no tan agradables. De todos modos, me dieron hasta diez días para pensar bien en mi decisión, ya que tenía el privilegio porque mis notas fueron unas de las más altas, y bueno... Ustedes saben. Pero no lo se, tengo que pensarlo bien, pero lo más probable es que la vuelva a rechazar y perder esta oportunidad.

— ¡T/N, tu hermano ya llegó! -escuché decir a mamá desde la plata baja, así que rápidamente mi respiración empezó a subir y a bajar de una manera muy rápida. ¡Demonios siento que me voy a desmayar!.-

Si no era hoy, no iba a ser en otro momento. Tenía que ser hoy.

Bajé las escaleras con un temor enorme. Saludé a mi hermano que estaba sentado en el sofá. 

— Y bien, ¿Qué era la noticia importante que nos tenías que decir? -dijo mi mamá sentada en el sofá.-

— ¿Te aceptaron? -pregunté mi hermano de repente. Suspiré y asentí.- ¡Genial! ¡Esa es mi herma... -lo interrumpí.-

— Pero lo rechacé. 

Lo dije, mierda. Sus miradas estaban en mí, confundidas lo más probable.

— ¡¿Qué?! -mi hermano exclamo. Él se veía el más confundido.- ¡¿Qué hiciste qué?! 

— ¡Lo rechace!, ¡Bien! -le dije.-

— ¿Por qué hija? -dijo mi papá en un tono más calmado que mi hermano.-

— Porque... Y-yo... Amh... Y-yo...

— ¡¿Tú qué?! -dijo mi hermano desesperado por saber mi respuesta.-

— ¡Estoy embarazada! ¡Bien, lo dije! ¡Estoy embarazada! 

— ¿Cómo? -dijo mi madre viéndome fijamente.- T-tu... T-tu...

— Sí mamá... E-estoy embarazada. 

— ¡¿Cómo pudiste?! -dijo mi hermano.- ¡No te das cuenta que la acabas de cagar! -dijo muy enojado.- ¡Eres muy chica para aún ser madre! ¡No puedes! -dijo.-

— ¡Sí puedo! ¡Ya está, no puedo hacer nada!

— ¡Aborta! -se acercó más a mí. ¡Pero está loco!.- ¡Aborta, T/N! -me sacudió mis hombros con una brusquedad.-

— ¡No haré eso! -grité soltándome de él.-

— ¡Tranquilos ya! -dijo mi padre.- T/N... -me vio, yo ya estaba en llanto. Sabía que iba a pasar esto, lo sabía. Pero si no lo decía, ¿Qué iba a ser? No podía ser nada, joder.- No te alteres, hija. Te puede ser daño. -dijo calmado.-