CUARENTA

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Los días fueron pasando y mis padres al día siguiente de aquel día tan hermoso que YoonGi y yo vivimos con nuestro hijo, se regresaron a Busan.

La señora y el señor Min son los que se encargan de cuidar a Aiden por las mañanas, mientras que YoonGi y yo trabajamos por las mañanas, ya por la tarde paso por Aiden a su casa mientras que esperábamos a YoonGi para la cena. 

En este preciso momento estoy repartiendo ni clase pero automáticamente me callé al escuchar el timbre sonar.

Hora de irme.

— Bien jóvenes, mañana terminaremos por ver este tema, pueden irse. -y sin repetirlo dos veces el aula se vacío en menos de un minuto. Sonreí y empecé a borrar el pizarrón.-

Estaba por terminar de borrar el pizarrón cuando escuché como tocaban la puerta del aula, yo sin voltear conteste, pero sin en cambio no recibí ninguna respuestas.

— ¿Qué es lo que se te ofrece? -volteé a la dirección de la puerta y me quede helada, totalmente helada al ver a la persona que estaba parada en el marco de la puerta.- Seung... -dejé de hacer lo que estaba haciendo y me acerqué a él lentamente.-

Él por su parte sólo me regalo una mínima sonrisa. ¿Cuándo fue la ultima vez que lo vi?, ¿Hace más de tres meses, casi cuatro? No... Más. Su cabello era más largo y junto con su poca barba y vigote era lo que le notaba de diferente.

— Hola, T/N. -había olvidado con exactitud su voz tan gruesa.- Amh... Siento no haberte avisado antes, sé que al verme causa sorpresa, pero... No me quería irme de Seul antes de despedirme de ti y de Aiden. 

— ¿D-despedirte...?

— Sí... Mañana tengo un vuelo a los Angeles, regresaré a recoger mis cosas y me mudaré a Nueva York, me ofrecieron un nuevo trabajo y bueno, no quiero desaprobecharla. -asentí.- Amh... Me gustaría ver a Aiden por ultima vez, ¿Puedo? -me mordí el labio y suspiré. Claro que puede.-

— Eso no se pregunta, Seung... Claro que te doy permiso. -sonreí.-

— Lindo Look...

— Es recien, mamá lo eligió, -sonreí y me volteé y me dirigí al escritorio.- Deja recoger mis cosas para ir por Aiden.

— Oh... ¿Lo cuidan? -asentí y me mordí el labio.-

— Los papás de YoonGi. -comenté y él solo asintió.- Vamos... -empecé a caminar a la salida y él se posicionó a lado mío para seguir mi paso.-

Estaría mintiendo si digo que no me sorprendió su llegada después de todo, pensé que jamás nos veríamos de nuevo después de todo.

— Sube, por favor. -lo invité a meterse al coche y él al instante asintió y se sentó en el asiento del copiloto.- 

Comencé a manejar a la dirección de la casa de los padres de YoonGi.

— No pense que manejabas. 

— Tuve que aprender, y sinceramente no es algo del otro mundo, claro, si es automático. -ambos empezamos a reír y él asintió.-

— Te entiendo perfectamente, estoy igual. 

°°°

— Vuelvo en un segundo. -me desabroché el cinturón de seguridad y me bajé del coche para ir por mi hijo.- 

Caminé hasta la entrada y toqué el timbre. A los pocos segundos una de las empleadas me atendió mientras esperaba a mi hijo.

— Hoy llegaste más temprano. -sonrió la señora Min quien traía en brazos a Aiden mientras bajaba las escaleras.- Hoy estuvo muy imperactivo, aunque le haya dado su biberón no se durmió, así que lo bañé. -me lo dio con cuidado y yo tomé al igual que su pañalera.-

© Mi Linda Prisionera. Siempre Juntos || YG ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora