Capítulo 14: Droga que degeneran la barrera moral

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Tras observar mejor, Rey pudo entender que la actitud de la pelirroja era muy morbosa en ese momento, así como también estaba decepcionada. Ignorando que el coño le estuviera palpitando por todo el tiempo que escuchó los ruidos de Elena y Samantha, ella se había quedado encerrada en su cuarto a espera de ser rescatada, más, usaba ropa porque no estaba al cien por ciento conforme con su cuerpo.

Debido a que tanto la rubia como la trigueña estaban viendo las estrellas y aún estaban sin aliento como para notar la presencia de Juliet en la sala, Rey no tuvo más opción que hacer de intermediario. Después de todo, decir algo era mucho mejor que no decir nada y que los dos se quedarán ahí, de pies, mirándose el uno al otro.

—Ven, siéntate aquí —propuso el chico de ojos blancos tras dar unas palmaditas sobre el espacio abierto en el sofá contra el cual se recostaba.

Jul parecía estar contemplando la proposición, lo cual hizo que Rey dijera las palabras hirientes que se había estado reservando de decir para no lastimar los sentimientos de la frágil chica:

—¿Sabes? Encerrarte en tu cuarto con la esperanza de que alguien te venga a rescatar o sea lo suficientemente insistente como para sacarte, después que les pediste que se marcharan, no es del todo malo. Pero, a veces, se requiere mucho más valor saber cuándo pedir ayuda.

Asintiendo con sus ojos, Jul dio una sonrisa de medio rostro al mismo tiempo que decidió avanzar.

La nueva integrante no estaba desnuda del todo, pero el vestido que usaba era bastante sugerente. Jul se sentó sobre el sofá y sin querer presionó el ratón inalámbrico de la computadora, el cual hizo clic en el botón siguiente.

En la pantalla desapareció el video de las dos vergas que se adentraban en el culo de un chico, para ver una foto del mismo culito paradito que aparecía de pies contra el cristal de un edificio. Detrás del delicado y fino cuerpo del chico se podía ver como un hombre gordo y calvo, arrodillado, le enterraba la lengua.

—¡No sabía que les gustaba ver ese tipo de cosas! —exclamó Juliet con los ojos casi que salidos al mirar de regreso a Rey.

Rey estaba en una situación que evidentemente iba a terminar en un malentendido. Si el final de algo iba a ser igual de malo, por qué intentar tratar de mejorarlo. —No es solo eso, fijate bien, ese que está de espaldas, contra el cristal... es Arte. Puedes seguir pasando las imágenes para que salgas de las dudas.

—¿Qué? ¿Arte? ¿Está ella totalmente loca para dejarles a ustedes ver semejantes fotos y videos privados? —dijo Jul haciendo clic varias veces.

Otras fotos aparecieron, el gordo sin ropa era un depravado en todo el sentido de la palabra. Sin mencionar que el sujeto se encontraba en el piso más alto de un edificio. En una foto se le veía metiéndole la verga por el culo a Arte hasta el fondo y en la otra sacándola, pero llena de heces fecales. Juliet se llevó la mano a la boca y continuó dando clic, para ver cómo Arte se había girado y mientras quedaba de rodillas frente al gordo le sujetaba el miembro a este con la punta de sus dedos por la base, como quien no quería embarrarse.

"En todo este tiempo algo tan asqueroso no se había visto, y ahora que está la pelirroja a mi lado, '¡Bann!' aparece esto", se dijo Rey, pasando la mano por la cara.

En la siguiente foto se podía ver el rostro de Arte estando casi a punto de vomitar, pero con su lengua afuera haciendo contacto con el miembro del gordo. En la siguiente imagen la chica ya tenía, introducida la verga en su boca.

Rey a punto de vomitar ante las imágenes, Jul mirando con contemplación algo que no podía creer. Elena y Samantha, estaban tiradas en el suelo, respirando agitadas, perdidas en placeres, añorando quedar rendidas y no despertar hasta un buen rato con tal de recuperar las energías perdidas.

Una casa y cinco jóvenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora