CAPÍTULO NUEVE:
La última batalla.
Estaban listo para enfrentar a la bruma, o eso aparentaban los marineros. Si bien era escalofriante el mero hecho de enfrentarse a tus mayores miedos, era sin duda mayor la inquietud de saber si iban a conseguir algo, si podrían llegar a salvar a la gente y salir vivos de esta.
Visia no temía morir, después de ver tanta muerte y desgracia junta, esperaba su muerte pacientemente, y poder acabar el ciclo el cual era llamado vida. Había visto muchas cosas, ya había tenido su aventura y desgracias, había comprendido el mundo y sobretodo, había crecido. No se consideraba muy lista, no era capaz de ser científica o poder llegar a explicar una de las tantas teorías que había dado en su época de estudiante, pero se consideraba algo sabía.
Ella creía ciegamente que los sabios no sabían mucho, pero si comprendían mucho del mundo y de las especies el cual lo habitaban. Ellos tenían una inteligencia más sofisticada y sencilla; veían la verdad en las acciones humanas, y no las ocultaban.
Ella logró encontrar la tranquilidad en sus demonios, convirtiéndolos en sus aliados, que si bien eso muchas veces la llegaban a debilitar como nunca antes, ya que siempre debía combatirlos y ponerlos de su lado, había logrado entender algo de ella misma, que para los demás imposible de ver y entender.
Ella no podía llegar a ser nunca perfecta, y mucho menos una gran reina. Ella no podía dejar que sus demonios la destruyeran, y con ellos, destruir a las personas de su alrededor. Visia estaba rota, como nunca lo había estado. La pelirroja no había logrado encontrar luz en sí misma, y sus demonios, quienes la mayor parte del tiempo eran traicioneros, lo usaban en su contra, pero ella era la única culpable de eso también. Sus demonios eran ella vestida de negro.
Visia estaba perdida, pero las personas de su alrededor no lo estaban, y ella se iba a ocupar de que pudieran encontrar la felicidad. Porque si bien ella no podía encontrar la suya propia, iba a luchar por el de los demás.
La pelirroja miró a su alrededor, detallando el rostro de todos los presentes, quienes miraban la bruma espantados y serios, dispuestos a sacrificar su vida por Narnia. Un sacrificio que daría la felicidad. Eustace, en su grandiosas forma de dragón, volaba por encima del barco, sin parar, haciéndose notar entre el cielo nublado del lugar. El silencio por fin fue interrumpido, ante la voz grave de un minotauro:
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La Heredera II │Caspian X
FanficTres años han pasado desde que la pelirroja había vuelto al mundo humano, dejando las hermosas tierras de Narnia y al hombre que amaba atrás, sin la oportunidad de verlo nunca más. ¿Pero si eso no era cierto? Narnia vuelve a necesitar a su heredera...