│05. CORIAKIN'S ISLAND.

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CAPÍTULO CINCO:

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CAPÍTULO CINCO:

La isla de Coriakin.

La tranquilidad y la relajación lograron que la pelirroja durmiera durante toda la noche, sin moverse apenas, pegada al cuerpo de Caspian, dándose calor y disfrutando de la compañía del otro

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La tranquilidad y la relajación lograron que la pelirroja durmiera durante toda la noche, sin moverse apenas, pegada al cuerpo de Caspian, dándose calor y disfrutando de la compañía del otro. Cuando Visia despertó al día siguiente, lo hizo muchísimo más antes que el pelinegro, quien tenía sus brazos alrededor de su cuerpo, pegandola a él, sin dejar ningún centímetro de separación.

La pelirroja miró el rostro dormido del chico durante horas, feliz de por fin tenerlo a su lado, como una pareja normal. Acarició la mejilla ajena y sonrió cuando el pelinegro aceptó su caricia y se apoyó en la palma inconscientemente, aún en el quinto sueño.

Poco a poco los rayos de sol comenzaron a entrar por la venta, dando comienzo a un nuevo día y al movimiento en la cubierta del barco, la cual se fue llenando de la tripulación poco a poco. Visia se levantó, apartándose de Caspian con movimientos lentos, sin despertarlo, para así poder caminar hacía un pequeño armario y sacar un nuevo conjunto de ropa.

Ella ya había descansado lo suficiente y su estómago pedí un poco de comida. Se vistió, y dejando un último beso en la frente del chico, salió de la habitación. Se acarició el brazo herido, el cual aún le dolía y molestaba, pero era más soportable. Agarró una manzana de un cesto que había esa mañana, el cual era el desayuno de los marineros.

Se apoyó en un extremo y observó como los demás trabajaban o charlaban con algún compañero. Lucy y Edmund tampoco tardaron en entrar a la cubierta, y cada unos comenzó a hacer una tarea diferente, en busca de entretenerse.

Un brazo giró su cuerpo, sobresaltandola ante el repentino movimiento, pero rápidamente se relajo al identificar la risa de Caspian. El chico la abrazo, y apoyo barbilla en la cabeza pelirroja. Visia no pudo evitar sentirse feliz ante la muestra de cariño que el hombre le daba.

─ Traidora ─ se quejo el pelinegro separándose un poco de la chica, para mirarla con una sonrisa divertida y cariñosa. ─ Me abandonaste.

─ Se notaba que querías dormir un poco más, cariño. Así que debes de agradecerme por ser tan comprensiva y amable. ─ Se burló Visia, dejando un pequeño beso en la mejilla del hombre. ─ Buenos días, Cas.

La Heredera II │Caspian XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora