Tres años han pasado desde que la pelirroja había vuelto al mundo humano, dejando las hermosas tierras de Narnia y al hombre que amaba atrás, sin la oportunidad de verlo nunca más.
¿Pero si eso no era cierto?
Narnia vuelve a necesitar a su heredera...
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CAPÍTULO SEIS:
La bruma.
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Sin duda era una enorme mansión, con elegantes detalles y hermosas decoraciones que dejaban claro que el propietario era una persona importante. El lugar se encontraba iluminado y en total silencio, y a pesar de las decoraciones, el ambiente que se respiraba era de soledad y frialdad.
Subieron con pasos lentos unas escaleras, y caminaron con pasos cautelosos por un pasillo desierto, sin saber realmente a donde ir. Visia optó por ir todo recto y Lucy parecía estar conforme con su elección, quien miraba todo con los ojos grandes y nerviosos. Afortunadamente no tardaron en encontrar un enorme biblioteca.
Al contrario de lo que había visto en las otras partes de la casa, la biblioteca sin duda tenía ese toque mágico y fascinante que dejó asombrada a la pelirroja. La sala sin duda era el paraíso para cualquier lector, ya que estaba llenada de libros y pergaminos. Visia nunca había visto tantos libros juntos en su vida.
Lucy caminó hasta llegar a una tarima donde un enorme libro estaba posado, mientras que la pelirroja miró con fascinación la sala, absorta en sus pensamientos. Sin duda estaba tentada en agarrar un libro y llevárselo. Negó con la cabeza ante ese pensamiento, nada era suyo y solo habían venido ahí para ayudar a unas criaturas.
Visia se junto con la castaña, quien intentaba abrir el broche que cerraba el libro, sin éxito alguno. La pelirroja miró con el ceño fruncido la tarima, y no tardó en encontrar como una de las figuras que decoraban la plataforma, se movía. Un pequeño ángel, se movió hacia delante, haciendo el amago de soplar, elevando así el polvo. La chica observó el libro perpleja, y sin saber qué más hacer, se inclinó y soplo sobre la tapa.
Las letras del libro se ordenaron rápidamente, y más detalles comenzaron a decorar la tapa. Unas ramas aparecieron de los lados, entrelazándose entre ellas, creando finas y elegantes decoraciones, a la vez que las letras ya habían descubierto el título: "El libro de los conjuros."
Lucy le sonrió alegra ante de agarrar otra vez el broche, y esta vez sin, levantarlo. Abrió la tapa, descubriendo los ilustres dibujos que decoraban cada página. La castaña pasó unas cuantas, antes de pararse en una, y con curiosidad, recito lo que ponía.
