Prefacio

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El cielo despejado combina armoniosamente con la vista.

El sol quema en demasía, las olas se rompen con fuerza en la orilla, y la arena parece brillar.

El clima es caluroso, pero SeokJin se refugia en una sábana sin resguardarse bajo la sombra.

Se siente desolado.

Mira el océano y finge una sonrisa al ver a sus amigos bebiendo cerveza en la orilla.

Una brisa caliente le agita el cabello y maldice al no poder deleitarse con el aroma, su sentido del olfato se ha perdido de nuevo.

Sus amigos lo llaman para que se una, pero niega amable y se escabulle lejos de la playa.

Camina por el estacionamiento de asfalto y se estremece al ver un pequeño grupo de flores en una grieta.

Sujeta el relicario que cuelga en su cuello y saca de éste la colza seca que NamJoon guardó.

Desea de todo corazón sentir el aroma de la flor, pero no puede.

Anhela ver a NamJoon con cada fibra de su ser, pero también lo aborrece.

Se siente enfermo, su remedio casero aún no hace efecto, pero sabe que para el atardecer estará como nuevo, aumentó la dosis para asegurarse de ello.

Se sienta en el asfalto y admira lo desolado del lugar atribuyéndolo al inicio del año.

Se acuesta y eleva la siniestra para cubrirse del sol, sus ojos viajan por sus dedos y solloza al ver el rastro de cicatriz en el índice, recuerda a la perfección ese fatídico día y se avergüenza de haberle mostrado su debilidad al alfa.

Recuerda los cuidados de NamJoon, sus palabras dulces, su inigualable sonrisa; definitivamente lo extraña.

Sujeta el collar con la diestra y lo eleva para ver el relicario.

Extraña a NamJoon.

No ha pasado ni un día en que no piense en él.

El padre Sol resplandece maravillosamente y SeokJin le sonríe agradecido, el astro rey es indulgente a diferencia de la emperatriz de los astros y le gusta pensar que él alienta su amor por NamJoon.

Una ligera brisa lo distrae y maldice porque no puede sentir los aromas que ésta arrastra consigo.

Extraña sentir el aroma a petricor, la fragancia de las flores silvestres y el efluvio a madera cortada.

Escucha como la flora se agita con la brisa y ahoga un sollozo contra la palma de la mano, extraña al alfa y de alguna manera percibir olores le refresca su memoria de NamJoon.

Mañana continuarán el viaje, más días, más carretera, más lejos de la aldea, más lejos de NamJoon.

Cierra los ojos y llora, su mano retiene los jadeos de impotencia y le depreca una señal de NamJoon al sol, necesita algo, una palabra, un olor, cualquier cosa que le diga que el alfa está bien y que no se ha olvidado de él porque no podría con ello.

"NamJoon" llama con añoranza "te extraño tanto".

Rompe en llanto y no puede callar su suplicio.

Su lobo se siente mareado a causa del remedio y SeokJin lo llama para recibir consuelo, pero éste no responde.

–Por favor... no me ignores –suplica al lobo.

El lobo se mueve incómodo en el interior y gruñe para no ser molestado, pero SeokJin sigue insistiendo.

–Dime qué hacer... –implora.

El lobo gruñe y responde entre dientes "Tomaste una decisión" recuerda.

–Estoy dudando de mis propias decisiones.

"No lo hagas, creo que hiciste lo correcto...".

– ¿Pero...?

"Es tiempo de regresar".

La sugerencia lo toma por sorpresa y lo inunda el pánico ¿Y si NamJoon está molesto por haberlo dejado?

"Lo extraño, tú lo extrañas... y estoy seguro que él a nosotros".

📝📝📝📝📝

Emperatriz de los astros: la luna; pero no le llaman así. La luna sólo es un satélite.







To ask for the moon | NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora