A través del pasado.

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Después de la rueda de prensa, que duró casi tres horas, el señor Collins ordenó que sus guardaespaldas personales escoltaran a Stan a su departamento bajo la excusa de que debía descansar por el desgaste de un viaje como ese. Stan aceptó, pero quería escuchar las explicaciones sobre el error del que fue testigo.

—Ya te lo dije, muchacho...no hay errores.

—¡Sí lo fue! Necesito respuestas claras.

El hombre le guiñó un ojo con felicidad para cerrar la conversación, pero Stan lo siguió, buscando lo que en verdad quería; Sin embargo, por más que intentara acercarse al hombre, los medios de comunicación le impidieron el paso, sumando a los guardaespaldas que le jalaban para irse del auditorio.

En el estacionamiento donde el auto esperaba por él, otros cuatro guardaespaldas estaban custodiando el vehículo y parecían haber atrapado a tres intrusos.

—¿Conoce a estos chicos? — Cuestionó uno de los guardaespaldas, sujetando a dos chicos

—¡Clyde, Craig, Wendy!

Que Stan dijese sus nombres, bastó para que los guardaespaldas soltaran a los chicos y se alejaran de la chica. Libres, se acercaron a Stan y éste a ellos, abrazando a sus amigos, aceptando las muestras de cariño de Craig y el beso de reencuentro de Wendy.

—Te echamos tanto de menos — Wendy le abrazó enredando sus brazos alrededor del cuello —Fue una semana muy larga

—Nos tienes que contar todo — Clyde sonó emocionado —¡Todo!

—Lo haré y les he traído regalos — Sonrió mostrando su mochila en la espalda.

—Pero ahora, el chico debe ir a casa a descansar.

A Stan no le gusta que los guardaespaldas se metieran entre él y sus amigos, pero tenían razón, por algún motivo, se sentía fatigado, con ganas de dormir y despertar después de días aunque sabe que eso no disiparía su cansancio.

—Hablamos después, ¿Bien?

Los tres notan la triste y nostálgica faceta que Stan carga al momento de subir al elegante vehículo, y no sólo allí, pues miran la rueda de prensa en la casa de Clyde, donde observan las respuestas vagas que da a las preguntas ilusionadas de los periodistas, sus movimientos cortos y su mirada puesta en un punto no muy importante.

“—¿Repetiría su viaje algún día si tuviera oportunidad?

—Sin dudarlo...”

En el auto, Stan se recarga completamente en el asiento y cierra los ojos, asimilando que ya estaba en su tiempo, iba camino a casa y que probablemente, sus padres habían visto la rueda de prensa, por lo que no era necesario darles un aviso. Entonces, tras pensar en sus padres, tiene la idea de contarle sobre su encuentro con Kyle y buscar respuestas.

Pero se queda dormido por unos cuantos segundos convertidos en minutos, así que los guardaespaldas lo despiertan cuando está en la puerta de su edificio departamental, y son sus vecinos, quienes le dan la bienvenida.

Entre dulces, comida y bebida, Stan no puede concentrarse en pasar el tiempo con ellos, sus acciones son por pura inercia, tiene su mente ubicada en otra situación, en otros acontecimientos que le dan más importancia. Está la familia Costwolds entre los que le ofrecen una grata bienvenida, así que el pequeño Stanley le da un obsequio, pero ni eso le da ánimo.

En su apartamento, se encierra y sólo sale por alimentos. No tiene ganas de nada por los siguientes días...

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Lo que el tiempo borró [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora