El pasado que volvió

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Stan inhaló y exhaló profundamente, tratando de encontrar la valentía que pareció haber perdido en cuestión de unos días. El hecho no era complicado de tratar, no es como si intentara derrotar al monstruo de su hermana mayor en una noche lluviosa y tormentosa por comer un segundo plato de cereal.

Heidi le empujó acelerando sus acciones, entre más tardara afuera armándose de valor, menos tiempo habría para revivir los viejos momentos.

Stanley entró con más confianza, haciendo uso de la fuerza que caracterizaba a los hombres Marsh, pero cuando cruza el umbral y se encuentra al único hombre dándole la espalda detrás de la barra, el sentimiento de arrepentimiento predomina.

—Lo siento, está cerrado. — Stan quiso abrir la boca para hacerse ver, pero su silencio hacen girar al hombre —¡Oh, Stanley! Hace rato que no pasabas por aquí.

—Hola, Ky—... — Agitó rápidamente la cabeza —¡John! Buenas noches...

—Ya he cerrado, pero por ser cliente frecuente, te atenderé — Le señaló con la mirada, uno de los asientos en la barra —¿Lo de siempre?

—N-No... Sólo quiero... ¿Puedes servirme chocolate caliente?

El hombre se sorprende de su pedido, el chico estaba actuando extraño y lo sabe porque lo conoce. Pero también, se ve decaído, Stan no tiene la misma aura de siempre, de cada mañana, de cada noche, y acepta su petición.

—¿Todo bien en casa? — Le preguntó con ligera preocupación

—Sí,... más o menos.

—¿Has discutido con tus padres?

—¡No! Nada...nada de eso — Aceptó el asiento adelante —Sólo que no he tenido unos buenos días. Me ha costado mucho acoplarme otra vez.

—Por lo del concurso, ¿No es así? — El silencio de Stan bastó para darle una respuesta —¿El pasado es tan maravilloso para ponerte así?

—Lo es... — Exhaló para apoyar sus brazos en la madera y bajar la cabeza —Conocí a alguien. Una persona, que ya pertenecía a mi vida, pero que olvidé en el presente. El viaje, sólo me ayudó a recordar su importancia.

—Que poético. ¿Y ya la buscaste en este tiempo?

—Sí... Y la encontré.

John Costwolds le sirvió su chocolate caliente y continuó limpiando el negocio sin darle a Stan algún tipo de presión sobre el cierre del establecimiento y su despedida. Stanley tomó su bebida tranquilamente, rozando sus dedos entre sí mientras tomaba el vaso de manera nerviosa, no podía encontrar las palabras correctas para comenzar la conversación, John no le creería.

No podía hablar, el miedo era superior a su emoción.

—¿Y qué es lo que te molesta? — John le preguntó amablemente estando frente a él —¿Hay algo que quieras decirme?

—¿Perdón? — Levantó la mirada sintiéndose atrapado

—¿Hay algo que deba saber? — Volvió a repetir —Siento que quieres hablar de algo conmigo, ¿Qué es?

¿Cómo lo sabía? ¿Acaso estaba siendo demasiado obvio?

—¿Te sientes bien con no saber tu vida pasada? — Preguntó entonces, soltando la conversación

—¿Mi vida pasada? ¿O sea, de un siglo pasado o algo? — Rió, Stan no le miró con alegría causada por una broma, sólo decayó más, John supo que estaba hablando en serio y retomó su anterior seriedad—Bueno, ya te había dicho que te ibas a acostumbrar.

Lo que el tiempo borró [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora