VII

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Había llegado al trabajo, esta vez con cinco minutos antes.

¿Qué te parece eso Levi?

Entré, sorpresivamente con ganas de trabajar, esperando que el antes mencionado no se aparezca. Podía ver que ya había alguien más dentro, procuré ir por mi uniforme y me dirigí al camerino del lugar, ya cambiado salí de allí.

Al parecer el universo hoy no estaba de mi lado, pues me encontré con aquella figura alta y par de ojos inexpresivos.

-Ya que llegaste temprano vas a hacer limpieza.

¿Qué?, llego temprano para quedar bien ¿Y me manda a hacer limpieza?

-No, estoy aquí para tomar órdenes y traer el pedido de los clientes. Así que puedes buscar a alguien más para hacer limpieza.- Le dije cruzando mis brazos sobre mi pecho, y me giré a otra dirección que no sea ver su rostro.

Justo cuando pensé que había ganado, me tomó del uniforme y me arrastró hacia otra dirección.

-¡¿Qué te pasa?! –No decía nada, solo me mostraba la espalda mientras avanzábamos y me seguía sosteniendo de la manga del uniforme.- ¡¿Podrías soltarme?!

Silencio.

-¡¿Me escuchas si quiera?! ¡Me estas arruinando el uniforme!

Frenó, en el almacén de limpieza, esto tenía mala pinta.

-Ten.-Me extendió un trapeador, junto con un balde rojo.

-Te dije que no lo haré.- Crucé los brazos negándome rotundamente, con la mínima esperanza de que me tuviera un poco de piedad, pero supongo que solo lo empeoré.

-Entonces te recortaré la paga.- Espera ¿Qué?

-No puedes hacer eso, no eres el jefe.- Sonreí irónico.

-Estoy a cargo de organizar el sueldo de los empleados, soy tu superior aquí.

No lo conocía, no estaba seguro de lo que podría esperar seguramente no algo bueno. Él solo posaba sus fríos ojos en mí, podía sentir la molestia en ellos. Mis palabras suelen desbordarse a veces y es causante de muchos conflictos, era algo que sencillamente no podía controlar. Él no cambiará de opinión aún si insisto en que no tengo por qué hacerlo.

-Lo haré solo no me recortes el sueldo. Pero, ten en cuenta que ese no es mi trabajo además, todo está limpio aquí, y ¡oh! Mira nada más ya es hora de abrir, tenemos que ser puntuales ¿no?

La obsesión por la puntualidad de este tipo, seguro que no podría con ello.había ganado.

Los clientes ya habían comenzado a llegar, y me dispuse a atenderlos con candor. Desde la esquina Levi me observaba atento, como si esperara algún error para que pudiera despedirme. Soy inútil, siempre lo fui y no es algo que diría en voz alta pero, es un sentimiento tonto que alberga desde siempre. En esta ocasión fallar no estaba en mis planes no le daría el gusto.

Tal vez hubiéramos sido buenos amigos, si su actitud fuera menos odiosa. Su apariencia grita "rígido Hombre de negocios"   más sus ojos solo dicen que es un joven perdido en un mundo de viejos con trajes bien planchados de un precio exageradamente elevado. Debería aprovechar su apuesto rostro en una pasarela y no desperdiciarla en una cafetería claro que no lo digo por que  su actitud es como una astilla en el dedo.

una jodida molesta astilla.

Los clientes habían disminuido, así que aprovechaba para descansar un poco.

Levi no estaba en la cafetería, todo era paz. Me apoyé en la pared y cerré lentamente mis párpados con cansancio, relajándome un poco.

De un momento a otro la gente comenzó a gritar. Abrí rápidamente los ojos, para ver qué pasaba. Las personas salían desesperadas, no comprendía en absoluto.Salí y el aire frío chocó contra mí, a lo que mi cuerpo se paralizó un poco y tembló. Habían muchas personas formando un círculo justo al lado de la cafetería, por la parte de los callejones, por lo que no podía ver claramente que es lo que estaba pasando.

Sin embargo, al acercarme divisé el cuerpo de una joven postrado en el cemento de la calle, tenía muchos moretones y su cuerpo frío, sin vida se veía triste, y por alguna razón decepcionado. La joven había sido apuñalada repetidas veces hasta morir desangrada, eso lo supe horas después en las noticias. 

¿Cómo y cuándo pasó? ¿Por qué no se escucharon sus gritos?

Su cuerpo estaba escondido en los callejones por la oscuridad, ella estaba entre los montículos de basura. Fue la primera vez que vi un cadáver, su cuerpo duro y sin vida se grababa en mi mente, al igual que la imagen de los moretones y el charco de sangre alrededor de su frágil cuerpo. Era lo más perturbador que había visto en mi corta vida.

La chica era rubia y pálida. Según comentarios, poseía unos bonitos ojos verdes, justamente como las otras víctimas de asesinato. Habían sido hechos por el mismo asesino.

Algunas personas llamaban a la policía. Otros como yo, solo observaban la horrible escena consternados, nada más que con solo lástima en los ojos que, solo duraría esa noche, mientras que la perturbadora imagen se mantendrá viva por algo más de tiempo.

No podía seguir allí, entre a la cafetería algo agitado alejándome lentamente de la multitud y me encontré con Levi, tomaba una taza de café ajeno a la situación de afuera, como si el alboroto no existiera.

-¿Sabes lo que esta pasando afuera verdad?- Lo sabía ¿cierto?

-No te incumbe, regresa a trabajar.

¿Qué?

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