Flechados / InuyashaxTú

-Cap. 02-

Capítulo dos: Alguien llamado Inuyasha.

— ¡Que no escape Inuyasha!—gritó uno de los hombres mientras lanzaba flechas al extraño muchacho, pero mis ojos estaban clavados en él y en sus rápidos movimientos que lograban esquivar cada uno de los ataques.

Él estaba en lo más alto del cielo, una amplia sonrisa se dibujó en sus labios. Luego, cayó a secas frente a mí con solo unos pocos metros de distancia separándonos. En ese instante, esa extraña sensación que he tenido en mi pecho molestándome volvió a hacer ruido, nuestras miradas se cruzaron por esa fracción de segundo, fue tan extraño, el mundo pareció detenerse por ese fugaz momento.

— ¡Atrapenlo!—gritó otra voz masculina, los feroces galopes de caballos se escuchaban venir tras de él.

— Huye—murmuré, fue tan sorprendente para mí por dejar que mi cuerpo actuara sin pensarlo. Pero, él abrió sus ojos confundido por lo dicho, pues quizás se sorprendió al no ver el miedo en mi rostro.

Y, cómo habría de sentirlo..,sí esto es solo un sueño.

El muchacho de cabello plateado corrió a gran velocidad adentrándose al bosque, los hombres siguieron su paso sin dudarlo. Pero, a lo lejos, una figura femenina que cargaba un arco con ella imitaba la acción de aquellos atacantes con cierta dificultad.

Por instinto, corrí siguiendo a los hombres manteniendo cierta distancia para esconderme entre los arbustos. Pensé que el muchacho habría escapado, pero para mi sorpresa él estaba siendo rodeado.

— Esto me pasa por ver tanto anime—susurré para mí buscando una explicación a por qué tan extraño sueño, lo único que recordaba era que me había dormido en la enfermería.

Los hombres atacaban al joven de largo cabello una y otra vez, pero él daba saltos altos o cortaba las armas de madera con sus garras.

— Es sorprendente...a simple vista ya puedes saber que no es humano—dije entre dientes—. Tiene orejas como las de un perro, y largas garras con las que puede cortar aquellas armas sin problema...

— ¡Inuyasha!—una voz femenina llenó el bosque, el nombrado buscó con la mirada a quien le llamaba, imité su acción y clavé mis ojos en el cuerpo de aquella joven que antes venía caminando con dificultad.

— ¡Señorita Kikyo!—gritaban los hombres al ver a la joven, pero ella ignoró las voces que la llamaban y sacó una de sus flechas para posicionarla en su arco apuntando al corazón del peliplateado.

— ¡Muere Inuyasha!—gritó.

Sus dedos soltaron la flecha y esta salió disparada al cuerpo de Inuyasha, una sensación extraña sentí en mi corazón al momento que la punta de aquel metal se incrustó en el cuerpo del muchacho.

El cuerpo de Inuyasha quedó atrapado en el tronco de un gran árbol, la mujer que había lanzado la flecha cayó sobre sus rodillas y dejó ver una gran herida que sangraba a la altura de su hombro.

— Necesito la perla—dijo con la voz quebrada—, cuando muera quemen mi cuerpo junto a la Perla de Shikon.

¿Perla de Shikon? ¿Inuyasha? ¿Kikyo?.

— Este es uno de mis sueños más extraños.

— ¡Hermana Kikyo!—la voz de una pequeña niña en llanto llamó mi atención.

— Kaede—respondió la nombrada con cierta dificultad—, he sellado a Inuyasha en un conjuro...la flecha no debe ser removida y así él no despertara.

— No hables hermana Kaede—quebró en llanto la menor—, guarda tus fuerzas por favor.

— Mi momento finalmente ha llegado...y me llevare la perla de shikon conmigo...