-Cap. 08-

899 154 13
                                    

Capítulo ocho: Vidas Pasadas.

Hace poco más de 50 años.

— Aaaaaah...no puedo más—chillé, estaba cansada de cargar con tanto peso en mi espalda.

Con mi antebrazo sequé el sudor de mi frente, bajé la canasta que cargaba con verduras. Pues, suelo vender algunas cosas en el pueblo cercano para poder subsistir.

Sentí el suave y tentador sonido del agua correr no muy lejos de mí.

— Sería un desperdicio no aprovechar la oportunidad—susurré con una sonrisa.

Era un día caluroso de primavera, estos son los días más fatigantes y pesados. Más aún cuando debes caminar cargando un gran canasto en tu espalda.

Había sido tentada por la posibilidad de descansar junto al agua fresca, con tan solo mojar mis pies era feliz.

Camine sonriente imaginando tal escenario, un pequeño descanso no me haría mal.

Hasta que, unos pasos rápidos llamaron mi atención.

Me giré rápido, sentía que algo venía tras de mí.

Nada.

Debo admitir que sentí miedo, a veces el bosque puede jugarnos malas pasadas.

Retomé el andar, seguía feliz con la idea de poder refrescarme.

Finalmente, logre llegar a la orilla de un arrollo, mis ojos brillaron de la felicidad ante tal descubrimiento.

— Será solo un minuto...

Dejé la canasta a un lado, junto a ella mis sandalias y caminé hasta el agua con la necesidad de refrescarme.

Di pasos lentos hasta que mi piel se fue acostumbrando a la temperatura del agua, a pesar del calor en el ambiente, el agua se sentía fría.

Me introduje hasta un poco más abajo de las rodillas, levanté las telas de mis ropas para no mojar la parte baja.

Levanté la mirada al cielo, ni una sola nube se dejaba ver. El sol decoraba orgulloso sin la necesidad de compañia.

Suspiré, estos pequeños momentos de felicidad son suficiente para alegrarme la vida.

Me quedé un poco más en el agua, mis pies se sentían suaves y renovados, estaba lista para retomar el andar y seguir mi camino con destino al pueblo vecino.

Salí del arrollo con una sonrisa, en verdad disfruto mucho de estos pequeños momentos de privacidad. Hasta que, llegué a mi canasta.

Estaba completamente vacia, tirada en el suelo dejaba huellas de haber sido ultrajada por un ladrón.

Tuve miedo, el extraño podría estar aún cerca.

Recordé los pasos que antes había escuchado. Demasiado rápido para ser de un humano normal.

Quizás, sea un temible ladrón con grandes años de experiencia.

La idea de que también sea un asesino se cruzó por mi mente.

Ya sin verduras que vender, tomé la canasta y tratando de parecer tranquila decidí volver a casa. Allí estaría a salvo, podría tomar el arco de mi padre y protegerme con él.

Caminé todo momento con la mirada seria y concentrada en el frente, a pesar de que a ratos presentía ser observada, no me detuve en ningún momento. De alguna manera apresure mis pasos sin que sea tan notorio.

Sí hay algo que aprendí de mi padre antes de que él muriese en la guerra, era que nunca he de mostrar miedo ante el enemigo. Mucho menos sí este decide no actuar de inmediato, y se da el tiempo de asecharte.

Flechados / InuyashaxTúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora