Pesadillas (Parte 1)

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La primera vez qué pasó Rachel tuvo la decencia de lucir avergonzada, aunque eso fue solo la primera vez. Todo comenzó un día en el que sin querer, Gar y la chica se habían quedado dormidos en la cama de ella tras ver una película juntos , gracias al cielo nadie los había visto así, porque era muy seguro que además de duplicar las burlas por parte de su equipo, aquel acto haría que Dick, su mentor y casi padre adoptivo, les diera un buen regaño.

La sorpresa se presentó primero para Rachel, quien apenas abrir los ojos por la mañana se percató de tres cosas, la primera era que Gar la tenía rodeada de la cintura en algo así como un medio abrazo que logró sonrojar sus mejillas y acelerar levemente su pulso, la segunda era que aquel chico de pelo verde se veía extremadamente pacifico y seguro mientras dormía, como si nada le pudiese pasar mientras descansaba, eso hizo que la menor sonriera y se prometiera a si misma proteger siempre el sueño del mayor; y por último Rachel se percató de que era la primera vez en algunas semanas que lograba dormir absolutamente toda la noche sin ningún tipo de pesadilla, y es que la chica adoraba sus poderes, pero ser mitad demonio tenía sus consecuencias, las fuertes y recurrentes pesadillas eran una de ellas por lo que no solía dormir muy tranquilamente por las noches, aunque curiosamente parecía que esa noche realmente había descansado.

—¿Rach? —La menor observó cómo Gar se removía de su posición medio abriendo los ojos y con una leve sonrojo en las mejillas.— ¿Que haces en mi habitación?

Rachel rió y trato de no sentirse decepcionada cuando el brazo de Gar se alejó de su cuerpo como si su piel le quemara.

—Despierta Gar, nos quedamos dormidos anoche, esta es mi habitación.

Él abrió los ojos por completo y observó a su alrededor comprobando que la menor tenía toda la razón.

—Oh... entonces.. me voy antes de que Dick venga y nos mate a ambos.

Sin dejarla contestar, Gar salió rápidamente de ahí con el cuerpo lleno de nervios y a la vez una extraña y privada emoción por haber dormido junto a la chica de la que estaba enamorado hace tiempo. Ella también seguía nerviosa, pues esa era la sensación que la invadía casi por completo siempre que pasaba algo fuera de lo común con el chico, pero la pregunta del porque había logrado dormir toda la moche ese día, seguía rondando su mente una y otra vez.

¿Acaso tenía que ver con el hecho de dormir al lado del cambia formas? La menor rió y negó con la cabeza convenciéndose enseguida de que ese era su corazón y sus estupidos sentimientos tratando de jugarle una mala broma, pero debía admitir que quizá la seguridad y la tranquilidad que Gar le hacía sentir todo el tiempo eran las razones por las que sus sueños no habían sido malos esa velada, y por lo cual había podido dormir sin ningún percance. Entonces, una idea muy descabellada pasó por su mente, una idea que la hizo sentir escalofríos y sonrojarse al instante, pero que también la lleno de una extraña emoción y adrenalina, y todo el mundo sabía que Rachel amaba la adrenalina.

¿Qué tal si comprobaba su teoría durmiendo una vez más al lado del mayor? El pensamiento hizo que su estómago diera un par de vueltas y que sus mejillas llegaran a un nuevo nivel de rojo, pero aún así era una teoría que estaba dispuesta a comprobar, ¿que si estaba loca? probablemente, pero en ese momento a la menor no le importaba mucho.

Así fue como termino contándole su dilema a Rose mientras entrenaban juntas ese día, con la esperanza de que la mayor le ayudara a convencerse de que era una locura lo que pensaba hacer, claro que la chica de pelo blanco tenía otros pensamientos en mente.

—Pues yo creo que deberías darle un somnífero, y listo. —La mayor dió un golpe más al saco de boxeo que ambas estaban compartiendo.

Las mejillas de Rachel se volvieron de un rojo escarlata mientras negaba con la cabeza.

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