La actuacion

85 4 1
                                    

— ¿Qué hacemos aquí?—preguntó Rachel sentada en el asiento de atrás de la furgoneta.— Dick dijo que la entrega sería en un parque, no en un restaurante.

Estaban de misión de vigilancia e intervención Gar, Kory, Rachel y Rose. El plan era simple, seguir a un conocido traficante de la zona y pillarlo en medio de una entrega bastante voluminosa, tal y como había dicho el contacto de Dick. Parecía una misión simple y fácil, hasta que el traficante, un hombre de mediana edad llamado Byron Espinoza, había decidido parar en uno de los restaurantes más caros de la ciudad y para encontrarse con una mujer, de al menos quince años menos.

— Querrá cenar con su novia antes.—fue la respuesta de Kory mientras observaban como la curiosa pareja entraban al restaurante cogidos de la mano, después de compartir un beso en la acera de enfrente.

— Claro, antes de delinquir debe tener el estómago lleno—replicó Rose en un tono sarcástico, sentada en el asiento del copiloto.—mejor aún si la cena es en compañía de la cita ¿no?

— Lo más seguro es que lleve el material en el coche—dijo la medio demonio ignorando la remarcación sarcástica e irrelevante de Wilson.—deberíamos ir a por ello ya y lo pillamos.

— A mi no me parece mala idea.—respondió la alienígena.

— La cosa no es pillar solamente al traficante—intervino Gar por primera vez en la conversación.—si no al cliente, Dick los quiere fuera de la circulación a ambos.

— Pelota.—bufó Rachel mientras miraba al chico con una sonrisa divertida.

— No soy pelota—se defendió.—solo quiero hacer esto bien.

— Alguno debería entrar e infiltrarse—dijo finalmente Rose después de estar un par de segundos pensando.—ya sabéis pasar inadvertido y mantener un ojo de cerca, luego lo seguimos.

— Claro, porque nada llama más la atención que una persona cenando sola en un sábado noche.—replicó Rachel en un tono irónico.— Nos pillaran a la primera y adiós al plan.

Se miraron entre ellos pensativos, sabían que la chica tenía razón. Debían seguirlo para no perderle la pista, en caso de que el contacto de Dick se hubiese equivocado, pero debían mantener un perfil bajo y no llamar la atención. Y una persona sola en uno de los restaurantes más llamativos de la ciudad, rodeado de parejas, sería ciertamente ostentoso.

— Creo que estoy teniendo una idea.—dijo finalmente la mujer de tez morena y cabellos anaranjados, una divertida y ocurrente sonrisa adornando sus gruesos labios mientras, a través del retrovisor, su mirada se centraba en los dos adolescentes que iban sentados en los asientos traseros.

***

— Esto es una pésima idea.—repitió Rachel por enésima vez mientras ambos entraban la restaurante y se ponían a hacer cola en el mostrador para así conseguir una mesa.— No va a funcionar.

El plan de Kory era simple, entrar ambos allí, cenar mientras vigilaban al traficante y todos sus movimientos. A la mínima que vieran algo fuera de lo común o a la mínima que les pareciera ver al cliente debían llamarla para que así ella y Rose intervinieran, entre los cuatro los dejaban fuera de juego y así se daba por acabada la misión.

Lo que la mujer no tenía en cuenta eran los nervios de los dos adolescentes y sus escasas habilidades sociales. Por aquella razón Rachel no había parado de repetir aquellas dos simples frases mientras ambos se acercaban al restaurante a regañadientes, después de haber escuchado todas las razones por las cuales la mujer pensaba que los idóneos para entrar al restaurante eran ellos.

— Bueno, tú actúa normal y si le ves, avísame.—respondió el chico de cabellos verdes intentando tranquilizar la chica, claro, que sus nervios no eran mucho mejores y él compartía los mismos pensamientos que la menor. Rachel paró su hilo de pensamientos cuando le dio un pequeño codazo, allí delante de ellos en la cola se encontraba Espinoza junto a su cita. Gar se sintió palidecer al ver los ojos del traficante se centraban en ellos, al igual que los ojos de la maître.— Eh, esto, queríamos una mesa, pa-para dos.

One Shots Garchel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora